viernes, 18 de febrero de 2011

Alquízar, próximo a tener en explotación todas sus tierras


En tierras ayer ociosas, hoy se obtiene proteínas de origen animalLa necesidad de que no quede sin explotar un metro de tierra útil para producir alimentos y criar animales tiene en Alquízar uno de los once municipios de Artemisa que más ha avanzado en la aplicación del Decreto-Ley 259, el cual pauta legalmente la distribución de áreas ociosas o deficientemente explotadas.

En tal sentido el ingeniero Luis Cruz Blanco, delegado de la Agricultura en el territorio, informó que hasta el día diez del actual mes, de las 2 692, 72 hectáreas ociosas registradas se habían distribuido el 95,5 por ciento, y el resto hasta cubrir el 98,3 estaba ya en el último trámite del proceso de asignación, sobre lo cual no había ninguna duda de posible materialización en los días inmediatos.

El funcionario subrayó asimismo que desde el 2008 a la fecha solo hubo que revisar cuatro reclamaciones, y en ninguno de los casos los reclamantes tuvieron razón, y además el municipio no había sido objeto de examen de auditoría ni advertencia de las instancias superiores.


Al valorar el desarrollo de la tarea, Luis indicó que esta no se puede medir únicamente por la marcha adecuada de los trámites de solicitud, análisis de la comisión agraria y los demás factores, sino también por los hechos concretos de tierras, ayer pobladas de aroma y marabú y hoy aportando viandas, hortalizas, granos y otros alimentos, autoabastecimiento familiar, la red comercial y el consumo social.

No obstante, reconoció que la situación con respecto a las extensiones asignadas con vistas al desarrollo ganadero, es algo más lenta, por cuanto requieren de mayores recursos para librarlas de obstáculos y facilitar el acceso de los animales.

Testigos con resultados


Rubén Blanco García, joven de 39 años, quien al esfumarse su empleo como obrero textil no dejó de seguir siendo útil a la sociedad, porque las 4,5 hectáreas que le habían prestado por la Resolución 1377, continuaron creciendo en producción en un terreno abandonado en las proximidades de la CPA Héroes de Yaguajay.

“En este espacio –dijo- ratificado por el Decreto-Ley 259 me siento bien porque he estado logrando altos resultados en ajo, boniato y malanga, aunque no son suficientes algunos insumos como el combustible y los fertilizantes.

“Aquí, como usted puede ver, la yerba no compite con mis cultivos porque yo soy enemigo de ella; el riego se me facilita porque dispongo de una turbina, y en cuanto a las atenciones culturales tengo el habitual apoyo de un trabajador contratado y el de otros esporádicos; el gasto mayor ocurre cuando la malanga está lista para el consumo o cuando tiendo el ajo durante varios días antes de almacenarlo o enviarlo a acopio; tengo que pagar dos vigilantes nocturnos que me cuestan 50 pesos per cápita.

“Me parece que la idea de que no haya tierras ociosas es “matar varios pájaros de un tiro”: incremento de la producción de alimento y una manera concreta de garantizar empleos a muchos que estarían dando vueltas por las calles.

“Hasta ahora lo único que me ha afectado en algo ha sido la comercialización, en el sentido de que cosecho boniato y me han dicho a veces que no pueden recibirlo porque no hay demanda; con esta misma vianda, el año pasado dejé de percibir unos cuantos pesos porque le rebajaron el precio.

“Considero necesario estudiar la manera de que los usufructuarios puedan tener una casita en el área con el fin de cuidar sus propiedades; no se puede olvidar el viejo proverbio de “el ojo del amo engorda al caballo”.

A fuerza de machete y buldoceo, Orlando acabó con el marabú y le dio paso a los frutalesOrlando García Valmaseda es técnico medio en veterinaria; trabajaba con su padre, pero decidió independizarse y pidió cuatro hectáreas selladas de marabú, las cuales, a base de buldózer y machete venció el denso bosque y espera el funcionamiento de la turbina para impulsar la ampliación de frutales, viandas, hortalizas y granos; por supuesto, Orlando también incluyó la cría de gallinas, cerdos y ovino caprinos, alimentados sin pienso de importación.

“Mi única preocupación –consignó- es que haya un poquito más de combustible para hacer funcionar la turbina; aquí el manto freático está a muy pocos pies de profundidad, y este terreno, si cuenta con agua, es bueno para numerosos cultivos. Mi propósito es lograr una finca lo más diversificada posible”. (el habanero).

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