miércoles, 25 de enero de 2012

Abrazando a René y a Gerardo con Roberto Chile (+ Fotos y Video)

Roberto Chile. Foto: Salvador

Roberto Chile. Foto: Salvador

Primero un simple email pidiéndole a Roberto Chile para que me habla de “Esencias, La Colmenita en Estados Unidos”, su más reciente documental que hoy estrena la Televisión Cubana. Muy amablemente, con todas las mayúsculas y las tildes, con toda la formalidad posible (y un poco más) una entrevista. Me respondió con su número de teléfono. Llamé al momento. Si lo pienso un par de veces me pongo muy nervioso y ahora ¿escribiría? sobre Obama, SOPA o Industriales (mi equipo).

Cuando conteste, ¿cómo le digo? ¿Chile? Muy formal para Cuba. ¿Roberto? Demasiado atrevido. ¿Oigo?, no me dio tiempo a pensar:

-Buenas tardes, por favor con Roberto Chile…

-Soy yo.

-Ah, mire… (sin nombre), le habla David.

-Ah sí, de CubaDebate. ¿Cuándo podemos vernos?

-Cuando usted diga

-Echa pa cá.

-Ok, nos vemos entonces.

¿Ese era Roberto Chile de verdad? ¿Acababa de decirme “echa pa cá” con la simpleza hermosa del hablar cubano? Ni lo pensé mucho. Me preparé para la entrevista recordando cada clase de la Facultad. Busqué la cámara de video, un trípode, grabadora de sonido, agenda, bolígrafos. Todo listo. Solo que no había visto el documental y no sabía qué preguntarle.

Fotograma del documental. Imagen: Roberto Chile

Fotograma del documental. Imagen: Roberto Chile

Planos y contraplanos

No. No puedo creer que esté en casa de Roberto Chile, en su sala, viendo su último documental. Me senté en el mejor puesto, saqué la agenda para apuntar y no olvidar los tweets que se me ocurrieran. Que equivocado estaba. Todavía no sabía que no tendría oportunidad de apartar la vista del televisor, que estaría poco más de una hora en un estado total de catalepsia y que finalmente, lloraría. Pero eso lo cuento más adelante.

¿El documental? Parecería nada del otro mundo eso de que La Colmenita viaje a los Estados Unidos, presente varias veces su obra “Abracadabra” sobre los Cinco Héroes, emocione siempre al público, actúe en la sede de las Naciones Unidas y todos bailen la música cubana, canten canciones tradicionales junto a un músico callejero, caminen por las calles de Nueva York y San Francisco con sus abrigos grises, que visiten una escuela de niños y jueguen con ellos como solo lo hacen los mejores amigos o que al finalizar cada función besen a cada uno de los espectadores, sin excepción. Eso no habría sido algo del otro jueves, si Cuba no fuera una Isla, bloqueada y satanizada por el gobierno del país donde aterrizaron los cubanitos.

No habría sido nada del otro mundo, si le hubieran dado la visa a un equipo de filmación y el documental que estaba viendo ahora no hubiera sido filmado con una sola cámara -cosa que ni se nota, porque Chile se las ingenia para que parezca que son por lo menos tres las que están tomando los planos y contraplanos. Y por supuesto, hubiera sido más de lo mismo si la historia de los Cinco cubanos presos se hubiera quedado en lo de siempre, en las fotografías de héroes lejanos, y no en estas personas que los niños de La Colmenita perciben como a tíos o a esos amigos de sus padres con los que van creciendo, viéndolos tomar el café en la sala de sus casas, de domingo en domingo.

Fotograma del documental. Imagen: Roberto Chile

Fotograma del documental. Imagen: Roberto Chile

Montaje y edición

Salvador, el editor del documental que no fue a la gira, me habló del montaje y de la edición. Entendí por qué el montaje tiene ritmo y no aburre. “Que tenga una sorpresa, un golpe, lo mismo por el audio, por la música o por una entrevista. Ahí está la clave. Los cortes para mí es la mejor transición que hay. Pero los cortes tienen un lugar exacto, y yo creo que en este material se logró como nunca”, dice.

Si me preguntan por el protagonista del material no sabría responder si son los niños, los Cinco héroes, la Revolución cubana, la música excelentemente compuesta por René Baños, la deliciosa fotografía de Chile, la bien estructurada edición de Salvador Combarro o las emociones que emanan de las imágenes y el sonido. Es todo eso, y Gerardo y René, la voz del primero y la presencia física del segundo, que aparecen en el momento justo en que parecería que va a cerrar la historia. De ahí en adelante el documental ya no es una película, sino una emoción incontrolable.

Fotograma del documental. Imagen: Roberto Chile

Fotograma del documental. Imagen: Roberto Chile

Emoción

Chile se incorporó a la gira en Nueva York. No llegó a tiempo a Washington por una demora en la visa y no pudo conversar ni con Ramón, Antonio o Fernando, que habían sostenido diálogos telefónicos con los integrantes de La Colmenita.

“Pero sí pude hablar por teléfono con Gerardo y pude ver y abrazar personalmente a René. El primer impacto fue escuchar la voz de Gerardo y no porque uno lo endiose, todo lo contrario, lo que estamos es poniéndonos en el lugar en el que están ellos, hombres de carne y hueso. Hablar con él y sentirlo con una energía, con un sentido del honor tan grande… para mí fue realmente emocionante”, dice el director de cine, fotógrafo y realizador.

Cuando terminó de hablar con Gerardo, Chile confiesa: “Se me apretó el pecho y se asomaron algunas lágrimas en mis ojos. Y era precisamente porque sabía que estaba hablando con un hombre, como nosotros, pero que estaba dando una muestra muy alta de lo que es la condición de revolucionario.”

Después, en Miami, pudo saludar y abrazar a René: “René es un atleta, pero no solo físico, es un atleta espiritual. Es un hombre que conserva un optimismo que no creo que piense que ha perdido 13 años de su vida, sino que esos años de cautiverio lo han fortalecido mucho más.”

Fotograma del documental. Imagen: Roberto Chile

Fotograma del documental. Imagen: Roberto Chile

Hablando con Chile

Se acabó el documental y mientras sentía los pasos de Chile hacia la sala me restregué los ojos con las mangas del pulóver. Él no dijo nada, y yo tampoco me paré y aplaudí porque habría sonado ridículo. Balbuceé unas palabras sobre lo que acababa de ver y nos sentamos entonces a conversar:

¿Cómo surgió el proyecto?

-Eso fue una sorpresa para mí. Un día amanecí con la noticia de que me habían propuesto para que acompañara a La Colmenita a esta gira por los EEUU, que era una aventura conmovedora, que agradezco a la Fundación Brownstone y al Comité Internacional por la Liberación de los Cinco, a La Colmenita, a todos los que de una manera u otra hicieron posible la gira..

¿Fue muy difícil la filmación estando solo?

Esa era una de las cuestiones más peligrosas desde el inicio: ir solo. Es muy difícil en esas condiciones poder filmar, cargar, grabar sonido, estar atento de lo que va a pasar y ponerte a la altura del momento que uno va a vivir. Siempre la compañía de un buen asistente o un buen sonidista ayuda.

Aunque me la vi dura a veces eso lo que hacía era darme más ímpetu para poder hacer bien las cosas y mucho más contando con el apoyo de Tin (Cremata), de los niños y adultos de La Colmenita, de todos los que estuvieron cerca como Alicia Jrapko, Graciela Ramírez, Deysi Francis, un grupo de compañeros y amigos que en todo momento estuvieron a mi lado. Era imposible traducir en imágenes y sonidos lo que estábamos viviendo, pero creo que entre todos tratamos de acercarnos a eso.

¿Cuál cree que fue el mayor logro de la compañía?

La Colmenita dejó un mensaje de paz, de amor, de ternura y sobre todo dejó un mensaje a favor de la liberación de los Cinco hermanos que tenemos en Estados Unidos y que algún día regresaran.

¿Usted sí sabía que René aparecería ante los niños?

Yo sabía lo que iba a ocurrir, pero realmente cuando puse la cámara, la puse en el lugar que yo pensé que iba a ser el mejor porque no sabía por donde él iba a sorprender a los niños. René entró exactamente por donde yo estaba ubicado y creo que la imagen es realmente conmovedora, no gracias a que yo sea un gran camarógrafo, sino gracias a la suerte y al imán, la energía, la magia que se creó en ese momento.

¿Está conforme con el resultado?

Para mi fue uno de los momentos más felices de este año, volver una vez más a la aventura de reportero y salir con una calificación entre 90 y 95. No 100 puntos, eso no se puede esperar nunca, pero sí por lo menos no suspendimos. Creo que hicimos un trabajo que va a conmover por la gracia de esos niños, la destreza y la madurez con la que trabajaron, por la dirección que tuvieron y la inspiración que les provocó los escenarios donde estuvieron. Fue una gira inolvidable y ojalá se repitan otras como estas.

¿Cómo fue el trabajo luego aquí, en Cuba?

Un documental no se hace con una cámara ni lo hace una persona sola, se hace con una edición, una música, un guión, un concepto y además un trabajo colectivo. Quiero agradecer al equipo de realización que hizo posible este documental cuyo mayor valor es que será un documento histórico de una de las giras más emotivas que haya protagonizado un grupo teatral cubano en mucho tiempo.

titulo-esencias

Galería de imágenes del documental

Trailers del documental “Esencias, La Colmenita en Estados Unidos”, de Roberto Chile.

Reflexiones de Fidel: La fruta que no cayó

Cuba se vio forzada a luchar por su existencia frente a una potencia expansionista, ubicada a pocas millas de sus costas, que proclamaba la anexión de nuestra isla, cuyo único destino era caer en su seno como fruta madura. Estábamos condenados a no existir como nación.

En la gloriosa legión de patriotas que durante la segunda mitad del siglo XIX luchó contra el aborrecible coloniaje impuesto por España a lo largo de 300 años, José Martí fue quien con más claridad percibió tan dramático destino. Así lo hizo constar en las últimas líneas que escribió cuando, víspera del rudo combate previsto contra una aguerrida y bien pertrechada columna española, declaró que el objetivo fundamental de sus luchas era: “… impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso.”

Sin comprender esta profunda verdad, hoy no se podría ser ni patriota, ni revolucionario.

Los medios de información masiva, el monopolio de muchos recursos técnicos, y los cuantiosos fondos destinados a engañar y embrutecer a las masas, constituyen sin duda obstáculos considerables, pero no invencibles.

Cuba demostró que -a partir de su condición de factoría colonial yanki, unida al analfabetismo y la pobreza generalizada de su pueblo-, era posible enfrentar al país que amenazaba con la absorción definitiva de la nación cubana. Nadie puede siquiera afirmar que existía una burguesía nacional opuesta al imperio, tan cercana a este se desarrolló que incluso poco después del triunfo envió catorce mil niños sin protección alguna a Estados Unidos, aunque tal acción estuvo asociada a la pérfida mentira de que sería suprimida la Patria Potestad, que la historia registró como operación Peter Pan y fue calificada como la mayor maniobra de manipulación de niños con fines políticos que se recuerde en el hemisferio occidental.

El territorio nacional fue invadido, apenas dos años después del triunfo revolucionario, por fuerzas mercenarias, -integradas por antiguos soldados batistianos e hijos de terratenientes y burgueses- armadas y escoltadas por Estados Unidos con buques de su flota naval, incluidos portaaviones con equipos listos para entrar en acción, que acompañaron a los invasores hasta nuestra isla. La derrota y la captura de casi la totalidad de los mercenarios en menos de 72 horas y la destrucción de sus aviones que operaban desde bases en Nicaragua y sus medios de transporte naval, constituyó una derrota humillante para el imperio y sus aliados latinoamericanos que subestimaron la capacidad de lucha del pueblo cubano.

La URSS frente a la interrupción del suministro de petróleo por parte de Estados Unidos, la ulterior suspensión total de la cuota histórica de azúcar en el mercado de ese país, y la prohibición del comercio creado a lo largo de más de cien años, respondió a cada una de esas medidas abasteciendo combustible, adquiriendo nuestra azúcar, comerciando con nuestro país y finalmente suministrando las armas que Cuba no podía adquirir en otros mercados.

La idea de una campaña sistemática de ataques piratas organizados por la CIA, los sabotajes y las acciones militares de bandas creadas y armadas por ellos, antes y después del ataque mercenario, que culminarían en una invasión militar de Estados Unidos en Cuba, dieron origen a los acontecimientos que pusieron al mundo al borde de una guerra nuclear total, de la que ninguna de sus partes y ni la propia humanidad habría podido sobrevivir.

Aquellos acontecimientos sin dudas costaron el cargo a Nikita Jruschov, que subestimó al adversario, desoyó criterios que les fueron informados y no consultó su decisión final con los que estábamos en la primera línea. Lo que pudo ser una importante victoria moral se convirtió así en un costoso revés político para la URSS. Durante muchos años las peores fechorías continuaron realizándose contra Cuba y no pocas, como su criminal bloqueo, se cometen todavía.

Jruschov tuvo gestos extraordinarios con nuestro país. En aquella ocasión critiqué sin vacilación el acuerdo inconsulto con Estados Unidos, pero sería ingrato e injusto dejar de reconocer su extraordinaria solidaridad en momentos difíciles y decisivos para nuestro pueblo en su histórica batalla por la independencia y la revolución frente al poderoso imperio de Estados Unidos. Comprendo que la situación era sumamente tensa y él no deseaba perder un minuto cuando tomó la decisión de retirar los proyectiles y los yankis se comprometieron, muy secretamente, a renunciar a la invasión.

A pesar de las décadas transcurridas que suman ya medio siglo, la fruta cubana no ha caído en manos yankis.

Las noticias que en la actualidad llegan de España, Francia, Iraq, Afganistán, Pakistán, Irán, Siria, Inglaterra, las Malvinas y otros numerosos puntos del planeta, son serias, y todas auguran un desastre político y económico por la insensatez de Estados Unidos y sus aliados.

Me limitaré a unos pocos temas. Debo señalar según cuentan todos, que la selección de un candidato republicano para aspirar a la presidencia de ese globalizado y abarcador imperio, es a su vez, -lo digo en serio- la mayor competencia de idioteces e ignorancia que se ha escuchado nunca. Como tengo cosas que hacer, no puedo dedicarle tiempo al asunto. De sobra sabía que sería así.

Ilustran más algunos despachos cablegráficos que deseo analizar, porque muestran el increíble cinismo que genera la decadencia de Occidente. Uno de ellos, con pasmosa tranquilidad, habla de un preso político cubano que, según se afirma, murió tras huelga de hambre que duró 50 días. Un periodista de Granma, Juventud Rebelde, noticiero radial, o cualquier otro órgano revolucionario, se puede equivocar en cualquier apreciación sobre cualquier tema, pero jamás fabrica una noticia o inventa una mentira.

En la nota de Granma se afirma que no hubo tal huelga de hambre; era un recluido por delito común, sancionado a 4 años por agresión que provocó lesiones en el rostro a su esposa; que la propia suegra solicitó la intervención de las autoridades; los familiares más allegados estuvieron al tanto de todos los procedimientos que se emplearon en su atención médica y estaban agradecidos por el esfuerzo de los especialistas médicos que lo atendieron. Fue asistido, afirma la nota, en el mejor hospital de la región oriental como se hace con todos los ciudadanos. Había muerto a causa de fallo multi-orgánico secundario asociado a un proceso respiratorio séptico severo.

El paciente había recibido todas las atenciones que se aplican en un país que posee uno de los mejores servicios médicos del mundo, los cuales se brindan gratuitamente, a pesar del bloqueo impuesto por el imperialismo a nuestra Patria. Es sencillamente un deber que se cumple en un país donde la Revolución tiene el orgullo de haber respetado siempre, durante más de 50 años, los principios que le dieron su invencible fuerza.

Más valdría realmente que el Gobierno español, dadas sus excelentes relaciones con Washington, viaje a Estados Unidos y se informe de lo que ocurre en las cárceles yankis, la conducta despiadada que aplica a los millones de presos, la política que se practica con la silla eléctrica y los horrores que se cometen con los detenidos en las cárceles y los que protestan en las calles.

Ayer lunes 23 de enero, un duro editorial de Granma titulado “Las verdades de Cuba” en una página completa de ese órgano explicó detalladamente la insólita desvergüenza de la campaña mentirosa desatada contra nuestra Revolución por algunos gobiernos “tradicionalmente comprometidos con la subversión contra Cuba”.

Nuestro pueblo conoce bien las normas que han regido la conducta intachable de nuestra Revolución desde el primer combate y jamás mancillada a lo largo de más de medio siglo. Sabe también que no podrá ser jamás presionado ni chantajeado por los enemigos. Nuestras leyes y normas se cumplirán indefectiblemente.

Es bueno señalarlo con toda claridad y franqueza. El Gobierno español y la destartalada Unión Europea, sumida en una profunda crisis económica, deben saber a qué atenerse. Produce lástima leer en agencias de noticias las declaraciones de ambas cuando utilizan sus descaradas mentiras para atacar a Cuba. Ocúpense primero de salvar el euro si pueden, resuelvan el desempleo crónico que en número creciente padecen los jóvenes, y respondan a los indignados sobre los cuales la policía arremete y golpea constantemente.

No ignoramos que ahora en España gobiernan los admiradores de Franco, quien envió a miembros de la División Azul junto a las SS y las SA nazis para matar soviéticos. Casi 50 mil de ellos participaron en la cruenta agresión. En la operación más cruel y dolorosa de aquella guerra: el cerco de Leningrado, donde murieron un millón de ciudadanos rusos, la División Azul formó parte de las fuerzas que trataron de estrangular a la heroica ciudad. El pueblo ruso no perdonará nunca aquel horrendo crimen.

La derecha fascista de Aznar, Rajoy y otros servidores del imperio, debe conocer algo de las 16 mil bajas que tuvieron sus antecesores de la División Azul y las Cruces de Hierro con las que Hitler premió a los oficiales y soldados de esa división. Nada tiene de extraño lo que hace hoy la policía gestapo con los hombres y mujeres que demandan el derecho al trabajo y al pan en el país con más desempleo de Europa.

¿Por qué mienten tan descaradamente los medios de información masiva del imperio?

Los que manejan esos medios, se empeñan en engañar y embrutecer al mundo con sus groseras mentiras, pensando quizás que constituye el recurso principal para mantener el sistema global de dominación y saqueo impuesto, y de modo particular a las víctimas cercanas a la sede de la metrópolis, los casi seiscientos millones de latinoamericanos y caribeños que viven en este hemisferio.

La república hermana de Venezuela se ha convertido en el objetivo fundamental de esa política. La razón es obvia. Sin Venezuela, el imperio habría impuesto el Tratado de Libre Comercio a todos los pueblos del continente que lo habitan desde el Sur de Estados Unidos, donde se encuentran las mayores reservas de tierra, agua dulce y minerales del planeta, así como grandes recursos energéticos que, administrados con espíritu solidario hacia los demás pueblos del mundo, constituyen recursos que no pueden ni deben caer en manos de las transnacionales que le imponen un sistema suicida e infame.

Basta, por ejemplo, mirar el mapa para comprender el criminal despojo que significó para Argentina arrebatarle un pedazo de su territorio en el extremo sur del continente. Allí emplearon los británicos su decadente aparato militar para asesinar bisoños reclutas argentinos vestidos con ropas de verano cuando ya estaban en pleno invierno. Estados Unidos y su aliado Augusto Pinochet le dieron a Inglaterra un desvergonzado apoyo. Ahora, en víspera de las Olimpiadas de Londres, su Primer Ministro David Cameron también proclama, como ya lo hizo Margaret Thatcher, su derecho a usar los submarinos nucleares para matar argentinos. El gobierno de ese país desconoce que el mundo está cambiando, y el desprecio de nuestro hemisferio y de la mayoría de los pueblos hacia los opresores se incrementa cada día.

El caso de las Malvinas no es único. ¿Conoce acaso alguien cómo terminará el conflicto en Afganistán? Hace muy pocos días soldados norteamericanos ultrajaban los cadáveres de combatientes afganos, asesinados por los bombarderos sin pilotos de la OTAN.

Hace tres días una agencia europea publicó que “el presidente afgano Hamid Karzai, dio su aval a un negociado de paz con los talibanes, subrayando que esta cuestión debe ser resuelta por los ciudadanos de su país”, luego añadió: “…el proceso de paz y reconciliación pertenece a la nación afgana y ningún país u organización extranjera puede sacarles a los afganos este derecho.”

Por su parte, un despacho publicado por nuestra prensa comunicaba desde Paris que “Francia suspendió hoy todas sus operaciones de formación y ayuda al combate en Afganistán y amenazó con anticipar el retiro de sus tropas, luego de que un soldado afgano ultimara a cuatro militares franceses en el valle Taghab, de la provincia de Kapisa [...] Sarkozy dio instrucciones al Ministro de Defensa Gérard Longuet para trasladarse inmediatamente a Kabul, y avizoró la posibilidad de un retiro anticipado del contingente.”

Desaparecida la URSS y el Campo Socialista, el Gobierno de Estados Unidos concebía que Cuba no podía sostenerse. George W. Bush tenía ya preparado un gobierno contrarrevolucionario para presidir nuestro país. El mismo día que Bush inició su criminal guerra contra Iraq, solicité a las autoridades de nuestro país el cese de la tolerancia que se aplicaba a los cabecillas contrarrevolucionarios que en esos días demandaban histéricamente la invasión a Cuba. En realidad, su actitud constituía un acto de traición a la Patria.

Bush y sus estupideces imperaron durante 8 años y la Revolución Cubana ha perdurado ya más de medio siglo. La fruta madura no ha caído en el seno del imperio. Cuba no será una fuerza más con la que el imperio se extienda sobre los pueblos de América. La sangre de Martí no se habrá derramado en vano.

Mañana publicaré otra Reflexión que complementa esta.

Fidel Castro Ruz

Enero 24 de 2012

7 y 12 p.m.