miércoles, 12 de octubre de 2011

Danny Glover, Susan Sarandon y Pete Seeger firman petición por regreso de René Gonzalez a Cuba

Susan Sarandon

Susan Sarandon

La campaña estadounidense de Actores y Artistas Unidos por la Libertad de los Cinco Cubanos, reclamó en carta al Presidente Barack Obama que se permita el regreso de René González a Cuba.

Según confirmó hoy en un comunicado el Comité Internacional por la Libertad de los Cinco Cubanos, citado por Prensa Latina, los firmantes de la misiva exigen libertad de movimiento para que René pueda regresar de inmediato para reunirse con su esposa y el resto de su familia.

Suscribieron la misiva Edward Asner, Jackson Browne, Peter Coyote, y Héctor Elizondo, Mike Farrell, Richard Foos, Danny Glover, Elliott Gould, Greg Landau, Francisco Letelier, Esai Morales, Michael O ‘Keefe, Bonnie Raitt, Susan Sarandon, Pete Seeger, Andy Spahn y Haskell Wexler.

René González, arrestado en 1998 junto a Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González y Gerardo Hernández, fue injustamente sentenciado en 2001 a 15 años de prisión, la cual cumplió en su totalidad este siete de octubre.

Sin embargo, la jueza Joan Lenard, del Circuito Sur de la Florida, le denegó el permiso de regresar a la patria, bajo la orden de tener que permanecer en ese territorio durante tres años de libertad supervisada.

La carta al mandatario subraya que la orden no solo es extraordinariamente punitiva, sino que además constituye un insulto gratuito que agrava aún más las ya deterioradas relaciones entre ambos países, recalca.

Esta decisión suma un mayor dolor a la familia de este hombre pues tendría que prolongarse la separación por tres años más, agrega la nota, citada por el Comité Internacional y fechada en Oakland, California.

En la misiva a Obama los actores y artistas le preguntan al Presidente: ¿Cómo se garantizará la integridad física de González en medio de un ambiente que genera inseguridad?, en alusión a que se verá confinado al mismo escenario donde operan los grupos terroristas que él ayudó a desenmascarar.

Los firmantes se remiten a recientes declaraciones de Obama, quien dijo (con carácter condicionante) estar abierto a nuevas relaciones con Cuba, y aseguran al respecto que ahora tiene la oportunidad de preparar esa nueva relación con el gesto de permitirle a González el retorno a Cuba.

El actor Mike Farrell apuntó: “Yo rezo para que el presidente Obama entienda la injusticia cometida contra René González y los otros integrantes de los Cinco Cubanos en nombre de rejuegos políticos”.

(Con información de la AIN)

Strike 3: Pedroso, nuestro salvador

Yadier Pedroso. Foto: Marcelino Vázquez

Yadier Pedroso. Foto: Marcelino Vázquez

En una noche donde lo imprevisible saltó al terreno de pelota, Estados Unidos -que llegaba de capa caída a la ronda decisiva de la Copa- le plantó cara al invicto conjunto cubano, y Urquiola debió recurrir tempranamente al mejor pitcher del país, Yadier Pedroso, para garantizar un triunfo agónico.

Imprevisible, digo, y me sobran razones para calificar así lo sucedido. Primero, porque era difícil de esperar que a un pitcheo que se había comportado a las mil maravillas, le bateara con tanta soltura un line up que apenas promedió .269 en las preliminares del evento.

Segundo, porque la defensiva insular -brillante hasta ese entonces- enseñó alguna que otra flaqueza, y aun abrió puertas y ventanas a una importante carrera en el octavo, cuando Alfredo Despaigne se enredó con la Mizuno en las profundidades de la pradera izquierda.

Tercero, porque pocos -muy pocos- podían augurar que Norberto González, preterido a lo largo de la clasificatoria, asumiera la misión de relevista principal ante un elenco que, ya lo decían las estadísticas, conectaba sin complicaciones ante serpentineros zurdos.

Lo que sí respondía a las predicciones era que Pedroso nos sacara las castañas del fuego. El diestro de Artemisa entró “de madrugada” en el partido -¿quién ha visto cerradores que trabajan un tercio de juego?-, y a puro tenedor apagó el brío ofensivo de los norteamericanos.

El hijo de José Manuel fue especialmente implacable con la tanda fuerte del técnico Ernie Young, e hizo lucir como muchachos indefensos a atletas cujeados en la Triple A profesional como Joe Thurston, Matt Clark y Brett Carroll. Se aburrió de ponchar, tuvo flema de inglés, control de artista del montículo, y salvó un desafío que había tomado un feo rumbo a partir de la explosión de Freddy Asiel.

El villaclareño salió mermado de velocidad, y sus envíos llegaron con demasiada frecuencia a la altura de las letras. Por ende, los estadounidenses no lo perdonaron: tan duro le dieron, que la prematura ventaja criolla de tres anotaciones se esfumó en un santiamén.

Por fortuna, este equipo cubano no tiende a achicarse, y enseguida volvió a emprenderla con el abridor Jeff Márquez, mantenido en el box con terquedad inusitada. Despaigne, que tenía una cita pendiente con el cuadrangular, despachó una pelota que puso en cabeza a los criollos otra vez, y el rally no encontró final hasta que el marcador se puso 7-4.

Sin embargo, la historia todavía no estaba escrita. A fin de cuentas, ni Norberto ni su sustituto Vicyohandri Odelín rindieron los dividendos necesarios, y Estados Unidos volvió a cerrar el score. Un score que sus hombres no desnivelaron, lo creo firmemente, gracias a ese Yadier Pedroso al que, ojalá, le concedan el puesto que merece en la rotación abridora de la escuadra.

Una vez más, las palmas para los desafueros atacantes de Abreu y Castillo, de Cepeda y -ay de sus detractores- de un Yulieski Gourriel que sonó tres sencillos, además de probar nuevamente sus virtudes para desempeñarse en la intermedia y desandar el circuito con velocidad de sprinter.

(Cuando más falta hacía, pues Cuba ganaba por solo una carrera, se apuntó un hit de piernas y después anotó a todo tren con un doble de José Dariel. Será un defecto mío, pero yo suelo ponderar sobremanera a los peloteros rápidos).

De manera que el susto quedó apenas en eso. Ahora, con cuatro victorias en el expediente, Cuba “ha comprado” ya medio boleto para la finalísima. No obstante, aunque sea por pura y elemental superstición, más vale que no nos pongamos a lanzar campanas al vuelo.

(Cubadebate)