jueves, 29 de marzo de 2012

Se fue el Papa y EEUU se quedó más solo

La Plaza de la Revolución durante la Misa de Benedicto XVI. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

La Plaza de la Revolución durante la Misa de Benedicto XVI. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

“Sabemos que Cuba tiene que cambiar y lo estamos haciendo. ¿Pero cuándo va a cambiar Estados Unidos, con su bloqueo que nos ahoga? Ojalá Benedicto tenga algo que decirles a ellos también”, reporta la agencia de prensa Reuters que le dijo “Maritza Álvarez, una empleada estatal de 40 años que esperó desde la madrugada para tener un lugar en las primeras filas” de quienes asistieron a la Misa oficiada por el Papa Benedicto XVI en la Plaza de la Revolución José Martí de La Habana.

Y el Papa lo hizo, complació a Maritza, a la inmensa mayoría de los cubanos y a muchas personas en el mundo. Benedicto XVI se refirió en sus palabras de despedida a que las “medidas económicas restrictivas impuestas desde fuera del País pesan negativamente sobre la población”.

El gobierno de Estados Unidos y su política de acoso y subversión contra Cuba fueron los grandes derrotados de la visita papal. Las imágenes de la presencia masiva, respetuosa y alegre de cientos de miles de cubanos en las actividades públicas del Sumo Pontífice barrieron con el discurso demonizador sobre la Isla que portavoces de Washington -con el favor de los grandes medios- multiplicaron en fechas cercanas al viaje.

Mientras la gran prensa buscaba respuestas dogmáticas de los dirigentes cubanos a los pronunciamientos del Papa, el presidente Raúl Castro, convertía sus intervenciones durante la visita en plataformas para exponer los presupuestos éticos y humanistas de la Revolución cubana argumentados con la obra social levantada por ella dentro y fuera del país, en medio del clima de agresión en que ha debido desenvolverse, además de las transformaciones en curso para hacer de Cuba un país más libre y próspero.

Para mayor frustración de quienes esperaban que el Sumo Pontífice dejara tras de sí una Cuba dividida, la visita del sucesor de Pedro ha contribuido a profundizar la unidad de los cubanos. Más allá de las fronteras de la Isla, el llamado que realizara el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro -al anunciar que se encontraría con el Papa-, a cristianos y marxistas a “luchar juntos por la justicia y la paz entre los seres humanos”, saltaba por encima de barreras doctrinales para poner en primer lugar la urgencia de enfrentar los peligros que ponen en riesgo nuestra especie.

Cuba es el tercer país latinoamericano visitado por Benedicto XVI en su pontificado, los otros dos han sido los gigantes Brasil y México. A diferencia del gobierno norteamericano, la Iglesia católica, con su sabiduría secular, ha visto en su relación con la Isla una vía para fortalecer su interlocución con América Latina en un momento en que el aislado en el subcontinente es cada vez más Estados Unidos, como se aprecia alrededor de la Cumbre de las Américas que el próximo mes se efectuará en Cartagena de Indias.

Obsesionado con su política de “cambio de régimen” para Cuba, Washington alentó provocaciones e intentó presionar al Vaticano en vísperas de la visita pero luego de la salida del Sumo Pontífice de La Habana ha quedado más claro que son los presupuestos de la política estadounidense hacia la Isla los que deben modificarse. Lo adelantaba premonitoriamente el corresponsal en Estados Unidos del diario mexicano La Jornada y la realidad lo ha probado: “El viaje del Papa Benedicto XVI a Cuba el próximo lunes es motivo de una serie de maniobras de diversos sectores estadunidenses que presionan por un cambio en Cuba, pero para otros revela que Washington es el que ha fracasado en su intento de cambiar”.

(Tomado de CubAhora)

Despedida al Papa Benedicto XVI

Raúl Castro: “Cuba ha tenido como su principal objetivo la dignidad plena del ser humano”

Raúl despide a Benedicto XVI en el Aeropuerto José Martí. Foto: AP

Raúl despide a Benedicto XVI en el Aeropuerto José Martí. Foto: AP

Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la ceremonia de despedida a Su Santidad Benedicto XVI, en el aeropuerto internacional “José Martí”, de La Habana, el 28 de marzo de 2012, “Año 54 de la Revolución”.

(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)

Santidad:

Desde su arribo a tierra cubana, nuestro pueblo le acogió, y hoy le despide, con sentimientos de respeto y afecto.

Su visita ha transcurrido en un ambiente de mutua comprensión. Su encuentro con los cubanos le ha dado la oportunidad de conocernos mejor y constatar la justeza de nuestros propósitos.

Cuba ha tenido como su principal objetivo la dignidad plena del ser humano. Somos conscientes de que ésta no solo se construye sobre bases materiales, sino también sobre valores espirituales, como la generosidad, la solidaridad, el sentimiento de justicia, el altruismo, el respeto mutuo, la honradez y el apego a la verdad.

Hacer el bien común fue un principio que aprendimos del padre Félix Varela. Luego, José Martí escribió que “ser cultos es la única manera de ser libres” y nos convocó a “conquistar toda la justicia”.

Conferimos suprema importancia a la familia, favorecemos todo lo que la enaltece y privilegiamos el papel de los padres en la educación de los hijos. Cuidamos de la niñez como nuestra mayor esperanza y alentamos a la juventud, sin ningún paternalismo, a la participación libre y creadora en las realizaciones de nuestra sociedad.

Reconocemos la contribución patriótica de la emigración cubana, desde el aporte decisivo a nuestra independencia de los tabaqueros de Tampa y Cayo Hueso y todos los que fueron sostén de los anhelos de José Martí, hasta los que se oponen hoy a quienes atacan a Cuba y manipulan el tema migratorio con fines políticos. Hemos realizado prolongados esfuerzos hacia la normalización plena de las relaciones de Cuba con su emigración que siente amor por la Patria y por sus familias y persistiremos en ellos por la voluntad común de nuestra Nación.

Es este un pueblo justo que se enorgullece de las virtudes de sus cinco hijos condenados por luchar contra el flagelo del terrorismo y defender la verdad, que los acompaña en cada minuto de su inmerecido encierro y comparte los sentimientos de sus familias que sufren.

Satisface a nuestro país estar entre los que más han hecho por la vida, la libertad y la dignidad humana.

Compartimos la certeza de que sólo la movilización de la conciencia de los pueblos, el respeto mutuo, el diálogo y la cooperación permitirán al mundo hallar soluciones a los más graves problemas.

Santidad:

Hemos encontrado muchas y profundas coincidencias, aunque, como es natural, no pensemos lo mismo sobre todas las cuestiones.

El pueblo cubano, abnegado e instruido, ha escuchado con profunda atención cada una de las palabras que Su Santidad le ha ofrecido.

Por su decisión de visitarnos, por sus afectuosos sentimientos hacia los cubanos, que siempre recordaremos, le expreso, en nombre de Cuba y en el mío propio, nuestra profunda gratitud y aprecio.

Muchas gracias.

Vea además: Discurso de despedida en Cuba de Su Santidad Benedicto XVI

Raúl en la despedida a Benedicto XVI en el Aeropuerto José Martí. Foto: AP

Raúl en la despedida a Benedicto XVI en el Aeropuerto José Martí. Foto: AP

Raúl en la despedida a Benedicto XVI en el Aeropuerto José Martí. Foto: AP

Raúl en la despedida a Benedicto XVI en el Aeropuerto José Martí. Foto: AP