Ricardo Alarcón y Concepción Campa (Conchita), miembros del Buró Político, en las sesiones de la Comisión 2 del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, este domingo 17 de diciembre de 2011. Foto: Ismael Francisco.
La tarde aún aún está plena y fresca, cuando Ricardo Alarcón, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente del Parlamento Nacional, sale por la puerta de la Comisión número 2 del Congreso, dedicada a la discusión de aspectos globales de la economía. Han terminado las deliberaciones finales del proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social, y le prepongo conversar sobre los ecos que ya está teniendo la más importante cita de los comunistas cubanos, 24 horas después de abrirse a los debates.
EN LA HORA ACTUAL DE CUBA
-Usted ha participado en todos los Congresos del Partido Comunista de Cuba. ¿Cuál le parece más trascendental en estos 35 años?
-Recuerdo particularmente el Primer Congreso, y ahora este. El primero tuvo una característica distintiva: fue el primero. Y era la primera vez que el Partido Comunista de Cuba se reunía. Ahora este también es excepcional. Se realiza en circunstancias muy especiales, que el compañero Raúl destacó en el Informe Central que presentó ayer. Recurre a un texto de Cintio Vitier, muy importante que entra muy a fondo en los problemas de Cuba, un texto que Cintio escribió en 1994, en pleno Periodo Especial -”Martí en la hora actual de Cuba”-, escrito cuando ya era un hecho la desaparición del campo socialista, con la Isla totalmente aislada.
NACION Y REVOLUCION
-Ese ensayo de Cintio, por cierto, es quizás uno de los textos del “Apóstol del Apóstol”, como usted llamó una vez al autor de Ese sol del mundo moral, que transparenta más angustia por el destino de la nación cubana.
-El dilema Nación y Revolución es el mismo desde 1868 y son inseparables. Si no hay Revolución, no hay Nación independiente y, por tanto, no hay Nación. Eso lo traduce excepcionalmente Cintio en ese texto.
Junto con este reconocimiento, pienso que este Congreso se ha caracterizado por la enorme y real participación de los delegados. No recuerdo discusiones tan intensas, y tan interesantes además, alrededor de un documento básico que hemos discutido ya no sé cuántas veces. No solo lo han hecho los militantes, sino cuanta cubana y cubano quiso participar en su barrio, en su centro de trabajo o estudio. Y fueron muchos.
El Informe Central da cuenta rigurosa, con datos precisos, de la cantidad de reuniones, de propuestas, de modificaciones que se hicieron. Más de dos tercios de los párrafos que incluía la propuesta original fueron modificados a lo largo de ese proceso, de tal manera que la tercera versión que recibieron los delegados al Congreso había sufrido cruciales modificaciones, a partir de la propia gente, dentro o fuera del Partido. Y en el Congreso -por lo menos en la Comisión en la que yo participé-, se han conciliado varios cambios importantes a esa versión modificada de los Lineamientos. Y todavía el Congreso no ha terminado.
-Me llama la atención, por ejemplo, la cantidad de mujeres economistas que están participando como delegadas o invitadas. Los análisis económicos han sido de gran rigor científico. Algunos han sentado cátedra.
-Tienes razón. Haciendo abstracción ahora, me doy cuenta de que la mayoría de las intervenciones que se produjeron hoy en mi Comisión era de mujeres. Por supuesto, cuando uno piensa en el Primer Congreso, y lo compara con este, también se da cuenta de la transformación profunda que ha tenido la sociedad cubana. Estoy seguro de que la mayoría de los delegados que están acá, no estuvieron en el Primer Congreso. Quizás eran niños, y la calidad de sus intervenciones en este proceso, sus conocimientos, muestran que contamos con decenas de miles de personas excepcionalmente preparadas.
HEREDERO DEL PARTIDO DE MARTI
-¿Tiene precedentes un proceso así de consulta popular en congresos de otros Partidos Comunistas?
-No lo conozco, aunque hay que tener en cuenta que este Partido es realmente la organización política de la nación cubana, el heredero legítimo del Partido de Martí, que buscaba precisamente eso: unir a todas las cubanas y cubanos alrededor de ideales que pueden alcanzar el consenso más amplio para la independencia absoluta, la solidaridad y la justicia social. El Informe Central también recoge esto de manera muy especial, y posiblemente hay escasas referencias previas en la Historia.
-En términos de legado histórico, ¿qué elementos perdurarán de este Informe en particular?
-Por una parte, traslada a toda la sociedad cubana, e incluso al mundo, un resumen de lo que ha sido este debate desde al año pasado, en torno a la actualización del modelo económico y social de Cuba. Aborda los principales aspectos de esos Lineamientos, pero con un lenguaje que comunica más fácilmente con la gente. Quizás cuando tú lees los Lineamientos, necesitas consultar términos con un economista y desde este punto de vista no es excesivamente atractivo, pero elInforme Central es perfectamente compresible para cualquiera. Y además dicho desde el ángulo de lo que siente la gente, de lo que son sus preocupaciones más inmediatas.
El otro aspecto medular de este documento, es el análisis de la situación del mundo de hoy. Sin ser extenso, aborda las cuestiones fundamentales de la humanidad, y en particular, por supuesto, las de Cuba.
DOCTRINA DE EEUU: EL SUFRIMIENTO DE CUBA
-¿Podría decirse que el hilo común en estos 35 años transcurridos desde el Primer Congreso es la hostilidad de los Estados Unidos?
-El Informe tiene, desde ese punto de vista, un mensaje medular: la permanencia de una política que busca destruir la Revolución cubana, aniquilando a la población cubana, haciéndola sufrir -como dice esa cita del funcionario del Departamento de Estado que recordó Raúl, y que también se expresa en el Plan de Acciones Encubiertas-. Esa política está presentea desde el principio de la Revolución, desde 1959 y 1960, antes del ataque por Playa Girón.
Si se contrasta con la actualidad, es la misma política, tal y como se está aplicando ahora, que se expresa en la presión económica, la creación deliberada de malestar y dificultades para la gente, para hacerla sufrir -como decía el documento del Departamento de Estado-, y obligarla a cambiar su gobierno, a hacer lo que hoy llaman de modo más sibilino “el cambio de régimen”. Pero eso acompañado con otras formas de presión, con violencia, que algunos momentos se expresó en violencia armada, como en Girón, y a todo lo largo de estos 50 años ha tenido expresión de violencia con las agresiones terroristas, los sabotajes, los atentados…
-Y los juicios espurios, como ese del Tribunal de El Paso, donde supuestamente se juzgó a Luis Posada Carriles.
-Precisamente en vísperas del Congreso, se produjo la farsa de El Paso, todo ese teatro montado alrededor del señor Luis Posada Carriles, acusándolo como mentiroso, acusándolo de haber adulterado la verdad cuando lo entrevistaron para sus trámites migratorios.
Es curioso que una de las mentiras que esgrimió fue haber dicho que él no tenia vínculo con los actos terroristas que tuvieron lugar en La Habana en el año 1997. El gobierno norteamericano acusa a Posada de mentir al afirmar que él no estaba vinculado con eso. O dicho de otra manera: el gobierno norteamericano sabe perfectamente que Posada Carriles estaba vinculado con el terrorismo, y por eso lo acusa de mentiroso. Por lo tanto, tienen bajo su protección a un individuo que ellos saben que es terrorista.
Todo eso ocurrió poco antes de abrir el Congreso, lo que nos está recordando que Cuba sigue siendo objeto de la misma política. Una política que era verdad en 1959 y es verdad en el año 2011.
LA UNIDAD, CLAVE
-El Informe, sin embargo, no cierra las puertas frente a EEUU. Vuelve a marcar la voluntad de Cuba de dialogar con EEUU en términos de respeto hacia su soberanía.
-Se ha dicho antes y se reitera al final del Informe de Raúl: Cuba está dispuesta a dialogar con EEUU, a tener relaciones normales, pero siempre sobre la base de la igualdad de ambos países, y del respeto absoluto de nuestra independencia y soberanía nacional.
Hay otro elemento muy importante y novedoso en este Informe: una suerte de llamado a la unidad nacional. Se refiere a los creyentes, de las más diversas nominaciones religiosas, y además, sitúa en su justo lugar el valor de la espiritualidad y el papel que la comunidad religiosa, cristiana y no cristiana han desempeñado y desempeñan.
La prueba es que tuvo palabras de reconocimiento para el Cardenal Arzobismo de La Habana de la Iglesia Católica, y dijo algo que me pareció muy exacto. Aseguró que ese proceso que se ha desarrollado con la Iglesia Católica cumplía un objetivo histórico de la Revolución cubana: la unidad nacional.
Pienso que, a pesar de las condiciones difíciles, duras, que estamos viviendo, y de la batalla que tenemos que seguir dando en el terreno de la economía, que el Congreso se enmarca en un ambiente de gran consenso patriótico, de muy amplia unión nacional y va a contribuir, por eso, a que tal convergencia patriótica se fortalezca y se desarrolle mucho más en lo adelante.
(Continuará)
(Cubadebate)