jueves, 17 de noviembre de 2011

Washington reprime a los “Ocupa” porque los teme

Mujer arrestada por la policía en Occupy Wall Street este jueves junto a 15 personas más. Foto: AP

Mujer arrestada por la policía en Occupy Wall Street este jueves junto a 15 personas más. Foto: AP

Nuestro vecino del norte se ha convertido en un Estado cada vez más antidemocrático y represivo también dentro de su territorio. Así lo confirma el brutal arrasamiento policiaco en los últimos días de muchos de los campamentos surgidos en importantes ciudades a raíz de la chispa encendida por Ocupa Wall Street.

El movimiento parecía débil y solitario cuando comenzó con unas 200 personas en el Parque Zucotti (rebautizado de la Libertad) pero pronto ganó el apoyo de la mayoría de los newyorkinos, de sindicatos, intelectuales heterogéneos, artistas y empresarios medianos y pequeños.

En menos de dos meses se ha extendido a más de cien ciudades, ha duplicado la popularidad del Tea Party y cambiado la agenda del debate político nacional. Temas tabú como desigualdad de ingresos, dominación de la sociedad por las corporaciones, codicia capitalista y los crímenes del imperio ahora se discuten en la sala de muchas casas y en las páginas editoriales.

¿Por qué ha surgido este movimiento, tan temido por el poder que no ha cesado de reprimirlo, hasta desalojarlo de su acampada más emblemática muy cerca de Wall Street? Como respuesta intentaré resumir los cuestionamientos del movimiento Ocupa al sistema imperante en Estados Unidos.

Estados Unidos atraviesa una colosal crisis económica a la que no se le ve final a consecuencia de la avaricia capitalista, el gobierno del dinero y las constantes guerras. El desempleo alcanza a 25 millones, entre ellos muchos jóvenes. El país que más riqueza ha acumulado tiene cincuenta millones en pobreza, un número mayor sin seguro de salud y las escuelas públicas están en ruinas. Millones han perdido sus casas, el patrimonio de toda la vida. Mientras tanto, según datos oficiales, la riqueza de los más ricos ha crecido 275 por ciento.

Pero también existe una crisis de valores que hace que el pueblo crea cada vez menos en los políticos y en las instituciones. No siente que estos lo representen ya que están al servicio de las grandes corporaciones y los bancos, que pagan sus campañas políticas y los colman de privilegios, se trate del presidente Barak Obama y la rama ejecutiva del gobierno o de los integrantes de ambas cámaras del Congreso.

Los últimos nunca habían tenido un nivel más bajo de aceptación en la opinión pública. Están en crisis los designios de hegemonizar el mundo y el ciclo de guerras imperialistas en que se ha empantanado la potencia y ya no puede sostener. Este sólo ha exacerbado y extendido los conflictos que supuestamente solucionaría.

A ello está unida la amenaza de incendiar a la humanidad en un holocausto nuclear si los gobernantes mediocres y oportunistas de la Casa Blanca y sus capitales aliadas insisten en su plan de atacar a Irán(Aquí una afirmación muy personal: si se quiere encontrar hoy ejemplares de esa especie en extinción conocida alguna vez como hombres .y mujeres- de Estado búsqueselos primero en los países latinoamericanos que han tomado un rumbo independiente).

La crisis estadunidense se extiende desde la forma implacable y ya intolerable de explotación y pillaje de una gran mayoría(el 99 por ciento de su propia población) y de inmensos contingentes humanos en el mundo por una ínfima minoría(el 1 por ciento) hasta el paradigma de producción y consumo consolidado en los años cincuentas y sesentas con el desarrollo pleno del consumismo. Una medida de la tragedia a que ha conducido este fenómeno es el hecho de que si los 7 mil millones de seres humano que hemos llegado a ser en la Tierra alcanzáramos el per cápita de consumo de Estados Unidos, únicamente podríamos sobrevivir si contáramos con los recursos naturales de ¡no menos de cinco planetas¡ iguales que el nuestro.

Ello es la causa del calentamiento global que origina ya hambrunas, más intensos y cada vez más frecuentes trastornos del clima y está terminando a gran velocidad con numerosos ecosistemas indispensables para la supervivencia del ser humano. También del envenenamiento de los ríos y mares, donde en unas décadas más no quedará vida. Nada de lo anterior puede continuar igual y es necesario cambiarlo radicalmente. Lo primero que hay que cambiar es que todas las decisiones que los afectan deben tomarlas los ciudadanos y no el capital y los políticos, que son sus empleados. Todo esto y más dicen los ocupas.

Frente a la represión, que seguro continuará, Ocupa Wall Street ha respondido sabiamente: “no puedes desalojar una idea cuyo momento ha llegado”.

(Tomado de La Jornada)

Lección de libertad de prensa: Apalean y apresan a periodistas que cubren “Occupy Wall Street”

Keith Gessen, editor de la revista N +1, tirado al suelo por la policía. Foto: Twitter

Keith Gessen, editor de la revista N +1, tirado al suelo por la policía. Foto: Twitter

Por Jack Mirkinson
The Huffington Post

Mientras miles de manifestantes salieron a las calles el jueves para protestar contra Wall Street, los periodistas fueron otra vez blanco de la violencia policial y las detenciones, de acuerdo con una nota de The Huffington Post.

Varios reporteros denunciaron por Twitter y, en algunos casos, por la televisión, las situaciones de violencia policial contra ellos, en lo que parecía ser una repetición de una escena similar a la de hace dos días, cuando los periodistas fueron golpeados y arrestados por la fuerza en Nueva York tras el desalojo de un campamento en el bajo Manhattan.

Periodistas arrestados en Nueva York. Foto: The Huffington Post

Periodistas arrestados en Nueva York. Foto: The Huffington Post

Lucy Kafanov, una reportera de la cadena de televisión RT, dijo que fue golpeada con una porra de policía mientras intentaba filmar las protestas. Ella tenía su credencial de prensa claramente visible, pero aún así fue golpeada. También dijo que ella fue testigo de la violencia contra otro reportero de la red Indymedia, que resultó “estrellado contra la pared” y arrestado.

“No parece que la policía está haciendo una distinción entre la prensa y los manifestantes”, dijo. Otros periodistas informaron de incidentes similares.

“Vi golpear a un hombre con una porra. Traté de tomar una foto, pero la policía me agarró y me arrastró por toda la calle”, escribió el editor de DNAInfo, Julie Shapiro en su Twitter. “La policía de Nueva York se ensañó tras una barricada contra un fotógrafo”, decía otro informe.

El Daily Caller dijo que dos de sus reporteros fueron “asaltados” con bastones.

Josh Stearns, un miembro de un grupo independiente que ha dado seguimiento a las detenciones de periodistas que cubren el Movimiento Occupy, estima que al menos 26 periodistas han sido detenidos desde que comenzaron las protestas hace dos meses. El jueves, el número parecía que iba a crecer sustancialmente. El periodista de Baltimore Ryan Harvey y el escritor de These Times J.A. Meyerson también fueron detenidos.

Además, en una imagen divulgada en Twitter se ve a Keith Gessen, editor de la revista N +1, tirado al suelo por la policía. Gessen y otros dos periodistas dijeron que habían sido detenidos, y que poseen un video donde se aprecia a Gessen detenido por la policía.

(Tomado de The Huffington Post. Traducido por Cubadebate)