lunes, 10 de septiembre de 2012

Estados Unidos cede gestión de prisión de Bagram a Afganistán

Por Sardar Ahmad
Autoridades afganas izan bandera en prisión de Bagram. Foto: Shah Marai/ AFP.
Autoridades afganas izan bandera en prisión de Bagram. Foto: Shah Marai/ AFP.
Estados Unidos traspasó el lunes a las autoridades afganas la gestión de la controvertida prisión de Bagram, llamada el “Guantánamo afgano”, en el marco de un acuerdo que implica a más de 3.000 prisioneros pero que deja en suspenso a varios cientos de otros.
Numerosos combatientes y presuntos responsables de la rebelión de los talibenes o de Al Qaida están encarcelados en esta prisión, instalada hace una década junto a la inmensa base estadounidense del mismo nombre y que para numerosos afganos se ha convertido en el símbolo de la ocupación norteamericana.
La transferencia de este lunes es el resultado de importantes negociaciones.
A comienzos de enero, cuando se vislumbraba un acuerdo entre talibanes y estadounidenses, el presidente afgano Hamid Karzai, que según diversas fuentes se sentía excluido de éstos, ordenó a Washington el rápido traspaso a su administración del control de la prisión.
Finalmente, el 9 de marzo se anunció un acuerdo según el cual las autoridades estadounidenses debían transferir los prisioneros de Bagran al gobierno al 10 de septiembre.
En tanto, este traspaso se había convertido en una de las condiciones planteadas por Kabul para la firma de un acuerdo de asociación estratégica a largo plazo con Estados Unidos.
Para numerosos analistas, que revelan grandes divergencias entre Washington y Kabul, cuando se acerca la retirada, a fines de 2014, de la fuerza internacional de la OTAN al mando de los estadounidenses, este traspaso es sobre todo simbólico.
El destino de más de 600 prisioneros que llegaron a Bagram después del 9 de marzo, sigue siendo incierto, pues el acuerdo concluido en ese momento sólo se refería a los 3.100 detenidos en la época.
Entre los 600 que llegaron después figuran 50 no afganos que podrían permanecer detenidos indefinidamente sin motivos claros.
Según algunas fuentes, los estadounidenses serían reticentes a un traspaso total por temor de que los prisioneros de mayor importancia sean liberados por Kabul por razones políticas o de corrupción.
Otra divergencias es el hecho que según las autoridades afganas, desde el lunes las tropas extranjeras ya no tienen derecho a detener a ciudadanos afganos.
Estados Unidos estima seguir teniendo derecho a capturar y detener a protagonistas del conflicto afgano pues el acuerdo de 9 de marzo se refería únicamente a los 3.100 detenidos que entonces estaban encarcelados en Bagram.
Por último, según Abdul Waheed Wafa, analista y director del Centro afganos en la universidad de Kabul, “todo el mundo sabe que las autoridades afganas no tienen la capacidad de administrar la prisión de Bagram”.
Organizaciones de defensa de los derechos humanos e incluso ex prisioneros afganos temen la multiplicación de casos de tortura en la prisión de Bagran cuando estará administrados por los afganos.
Según Ghaleb, de 55 años, ex muyahidín detenido en 2003 y encarcelado en las prisiones de Guantánamo y Bagram, los estadounidenses tratan a sus prisioneros mejor que los afganos y ha habido numerosos caos de tortura en las prisiones afganas.
Sin embargo, hace varios años que organizaciones de defensa de los derechos humanos se preocupan por los casos de malos tratos a prisioneros en Bagram.
(Con información de AFP)