Entrevista realizada por Edmundo García, del programa radial La Noche se mueve, desde Miami.
-EDMUNDO GARCIA: Como había anunciado ayer, me complace tener
en esta tarde para una entrevista un tanto general e inquisidora al
abogado José Pertierra. Muchas gracias Pertierra.
-JOSE PERTIERRA: Gracias a ti Edmundo. Es un placer estar contigo y con todos los radioescuchas.
-EDMUNDO GARCIA: Abogado José Pertierra, antes de entrar en
los temas que teníamos preparados, le quiero hacer una pregunta técnica,
a usted como abogado, como hombre de leyes, acerca de una noticia que
ha dado vueltas desde hace unos días. Resulta que la Asociación de
Abogados Penalistas del estado de la Florida premió como “Defensor del Año” al abogado de Luis Posada Carriles,
Arturo Hernández. Le decía que mi pregunta es técnica: Posada estaba
acusado de mentir a autoridades migratorias y su juicio se ventiló en
una ciudad fronteriza como El Paso,
algo de rutina allí: ¿Era realmente tan complicado ese juicio para
Hernández? ¿De verdad es posible creer que haber sacado a Posada
Carriles de un juicio migratorio es la mejor defensa que ha hecho un
abogado de Florida en el último año? ¿Conoce usted algún prominente
abogado en la asociación de abogados de Florida que pudiera disentir de
ese premio?
-JOSE PERTIERRA: Yo creo que este es un premio muy politizado. Esto se lo están dando al abogado
Arturo Hernández
no por la defensa legal de Posada Carriles, sino por el hecho de que él
representa a Posada Carriles. Eso ligado a todo lo que a su vez
representa Posada Carriles en Miami, un hombre que ha dedicado su vida
al terrorismo contra Cuba y para algunos en Miami esta persona es un
héroe, es un patriota. El abogado que defiende al “héroe”, al
“patriota”, recibe los honores que le corresponden. Yo viví el juicio,
estuve ahí los cuatro meses y medio; Arturo Hernández es un gran
teatrista y montó un gran teatro en El Paso y
el teatro valió más que la evidencia,
desgraciadamente, y el jurado absolvió a Posada Carriles de los cargos
de mentiroso. Eso es un pésimo comentario sobre el sistema jurídico
norteamericano. Pero, el Sr. Hernández no puso las bombas, el Sr.
Hernández no es el terrorista, aunque sí ha ganado fama defendiendo a
terroristas, entonces deseémosle buena suerte.
-EG: Pero, ¿habrá en ese grupo de abogados de la Florida
alguien que disienta de que el abogado Hernández haya hecho la mejor
defensa del año?
-JP: Yo no he hablado con ningún abogado de la Florida, francamente,
no está en mi radar; yo estoy haciendo otras cosas y no he estado al
tanto de los abogados de la Florida. Yo me imagino que ahí hay mucha
gente que disiente de eso, que hacen casos mucho más complicados; aunque
bueno, bienvenido Arturo Hernández con su premio, con el reconocimiento
de cubanos de Miami y él de héroe en esta película.
No estudié Derecho para defender a terroristas, yo estudié Derecho
para defender a la Justicia y a los pobres de la Tierra. Yo pronuncio mi
nombre claramente como “Pertierra” y no como “Pertiera”; allá él que
pronuncia el suyo como “Jernandes”.
-EG: Pertierra, ¿de qué parte de Cuba es usted?
-JP: Yo nací en La Habana, nací en Miramar.
-EG: ¿Y cómo llega a los Estados Unidos, cuáles son las condiciones de su arribo a los Estados Unidos?
-JP: Cuando el
Triunfo de la Revolución,
como tú sabes, mucha gente salió de Cuba, gente de ciertas clases
sociales especialmente, y mi madre, que no era una mujer política, era
abogada, era poeta, pero no estaba metida en la política en lo absoluto,
vio el éxodo de muchas de sus amistades de Cuba como el perfecto
pretexto para convencer a mi padre de que se fuera también él de Cuba,
porque mi madre le quería salir huyendo no a los comunistas, sino a su
suegra.
-EG: ¿Cómo?
-JP: Ella detestaba a la suegra, a Herminia, y mi
madre nunca podía pronunciar la palabra Herminia sin decir “Herrrminia”,
con un odio feroz. Y entonces convenció a mi padre, llegamos a Miami y
mi padre salió a buscar trabajo.
Yo me acuerdo, creo que eran los primeros días de nuestra estancia en
Miami, salimos mi madre, mi hermanita Lourdes y yo, a una oficina de
refugiados que estaba cerca del hotel donde estábamos hospedados, y en
esa oficina un oficial de los Estados Unidos nos contó que había un
programa (muy poco conocido por cierto, a la gente se le olvida que eso
existió) del gobierno estadounidense que pagaba al boleto a cualquier
cubano de Miami que decía que se quería ir de Miami a vivir en otro
lado.
Ya en el año 1961 había cierta preocupación sobre lo que se iba a
convertir Miami después del éxodo masivo de cubanos a esa ciudad.
Entonces, cuando mi madre se enteró de eso, le dijo al oficial que nos
indicara a dónde nos podía mandar, y el señor puso un gran mapa de los
Estados Unidos en la mesa; Miami estaba en el extremo derecho de la
mesa, abajo, y ella miró al otro extremo (izquierdo) del escritorio, a
la costa del Pacífico, y dice: “José Ignacio, cómo se llama esa ciudad
(ella no veía bien)”; le dije: “Se llama Los Ángeles; y entonces ella
dijo: “Dile al americano que vamos para allá.” Y entonces se viró a
donde estaba yo y me dijo: “Muy lejos de Herminia, porque yo estoy
preocupada porque Herminia vaya a venir a Miami atrás de nosotros”. Y
entonces terminamos en Los Ángeles, me crié, gracias a Dios, con la
filosofía de
César Chávez a mi alrededor y no con la filosofía de
Mas Canosa, en Miami.
-EG: Eso marca una gran diferencia en su desarrollo, en su
crecimiento, en todo lo que va a ser usted después, ¿correcto? El hecho
de estar bajo la influencia de César Chávez y no de Jorge Mas Canosa.
-JP: Los valores que yo aprendí, con el movimiento
de los trabajadores agrícolas de California, eso son valores que tienen
que ver con los derechos humanos, los derechos laborales, los derechos
de los inmigrantes, con un sentido de la justicia; cosas que están
ausentes en la Miami que controla la derecha cubana que vive ahí; la que
considera a Posada Carriles como un héroe, la que premia al abogado de
Posada Carriles por el simple hecho de representar a un terrorista.
Cosas de ese tipo.
-EG: Se dice además que usted tiene en su oficina un retrato de Elián González,
pero con la pañoleta azul de la escuela cubana. ¿Cómo recuerda al cabo
de más de 10 años aquellos acontecimientos sobre la batalla por Elián?
¿Ha podido hablar con Elián en Cuba?
-JP: Yo he hablado muchas veces con Elián en Cuba, considero a su padre
Juan Miguel
como un amigo mío y cada vez que estoy pasando por Cárdenas lo voy a
ver, a veces él está en La Habana y nos encontramos en La Habana. Yo al
niño lo he visto en muchas ocasiones; lo que ocurrió fue que cuando
Elián llegó a los Estados Unidos a mi me pidió la familia en Cuba, no la
parentela en Miami, que los ayudara en asesoría con el tema migratorio,
que es mi especialidad, el Derecho Migratorio, y entonces yo fui parte
del equipo de abogados que representó a Juan Miguel González y a su hijo
en los trámites para pudieran regresar a Cuba.
Lo de la fotografía es cierto, tengo en mi oficina una foto; lo que
ocurrió, como tú recuerdas, es que vino la escuelita, la maestra de
Elián en Cárdenas para estar con él en Estados Unidos mientras estaba
aquí en el área de Washington, y los niños se pusieron el uniforme que
se ponen los niños en Cuba cuando van a las escuelas, incluyendo la
pañoleta azul. Cuando salió una foto en El Nuevo Herald de Miami, del
niño con esa pañoleta, se formó una gran controversia en Miami, porque
decían que los comunistas venían a adoctrinar al niño; incluso yo me
acuerdo de un titular que sacó El Nuevo Herald, sobre la foto, que decía
“
La pañoleta de la discordia“. Y el niño se ponía la pañoleta
como los demás niños, como parte del uniforme, y el día que la Corte
Suprema de los Estados Unidos falló a favor de Juan Miguel, permitiendo
que él ya se regresara a Cuba con su hijo, después de muchos meses
esperando, Juan Miguel le quitó la pañoleta al niño y me la puso a mí, y
me dijo “Quédate con ella, esta es la pañoleta de la discordia”,
entonces tengo la pañoleta de la discordia aquí en mi oficina, un gran
recuerdo.
-EG: Pertierra, hay algunos resúmenes donde se encuentra que
usted vive entre Washington y La Habana, ¿es así, que usted vive entre
Washington y La Habana?
-
JP: Yo vivo en una maleta. Yo viajo mucho,
represento al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, hago
varios casos a nombre de Venezuela, voy a Caracas, voy a Europa, voy a
La Habana. Mi esposa vive en La Habana, yo viajo mucho, tengo mi oficina
aquí y mi corazón en Cuba.
-EG: Usted se percibe como un hombre que va a vivir, que el
día que su cuerpo vaya a partir… ¿se va a quedar por Washington, se va a
quedar por Caracas o se va a quedar por La Habana, en el Miramar en que
nació?
-JP: Cuando mi madre murió, ella pidió que la cremaran y que regara sus cenizas en la
Bahía de La Habana,
y así hice; yo pienso que cuando yo muera algo similar va a ocurrir
conmigo, no sé si en la Bahía de La Habana o en otro sitio en La Habana,
pero yo creo que todo cubano que se siente cubano, que siente la
Patria, quiere eventualmente regresar allá y no tener que mezclar sus
huesos con huesos que no son nuestros, sino entre nosotros mismos, entre
nuestro pueblo.
-EG: Pertierra, usted reside en Washington DC donde también
trabaja, y donde tiene un lugar importante, hay allí también un sector
de la derecha cubanoamericana, me imagino que en algunas ocasiones usted
ha tenido que coincidir con algunas figuras, que viven también en la
capital federal y que hacen un trabajo muy de otro tipo, estoy pensando
en Otto Reich, en Frank Calzón, y otros, ¿le ha tocado coincidir con esas personas en lugares públicos en Washington, por razones profesionales o sociales?
-JP: Sí, en varias ocasiones, y fíjate, lo que yo he
pensado es que ese odio que mantiene la derecha es un odio que nosotros
no compartimos, es un odio feroz, quizás es el mismo odio que justifica
poner bombas en hoteles y restaurantes y volar aviones con personas
indefensas; yo lo he sentido cuando me he topado con estos personajes,
es una lástima que estos individuos puedan tener ese gran odio hacia
otro cubano, pero así es. Yo no me preocupo mucho de eso, hay mucha tela
que cortar en la vida, muchas cosas que hacer. Lamento que estos
individuos orgullosamente porten la bandera americana en los sacos que
tienen puestos, no llevan la bandera cubana, pero así es.
-EG: Pertierra, ¿qué significado tiene para usted la orden Félix Elmuza, qué le marca? En esa ocasión la recibe junto a usted Silvio, que es un poeta, un trovador, y también la recibe Carmen Lira, usted hace frases de elogio hacia ambos. ¿Usted se siente periodista, se sintió periodista allí en El Paso?
-JP: Yo me siento cubano y siento que tengo una
tarea para combatir la injusticia, para impedir que terroristas anden
libres en las calles de Miami, que personas que vienen a combatir el
terrorismo estén presos en las cárceles norteamericanas, como son
los Cinco cubanos.
Tenemos un deber de defender a los Cinco, tenemos un deber de denunciar
la impunidad que gozan terroristas cubanoamericanos en los Estados
Unidos y yo trato de cumplir con ese deber, en términos legales, en
términos periodísticos, en términos políticos en todo momento.
Lo del premio Félix Elmuza que mencionas, para mí fue un honor no
solamente recibirlo, sino recibirlo el mismo año que lo recibió el gran
cantautor cubano, que respeto y admiro muchísimo, Silvio Rodríguez y la
directora del mejor periódico en América Latina y me atrevo a decir que
hasta en el mundo, que es
La Jornada.
Carmen Lira es una mujer que respeto muchísimo, que ha trabajado muy
duro en México para mantener la calidad de una línea editorial de un
periódico que es un gran periódico, ojala que algún día podamos tener en
Cuba uno así. Poder compartir ese premio con estos dos compañeros que
respeto tanto fue para mí un gran honor.
-EG: Usted ha dicho que Silvio Rodríguez para usted fue un héroe de su infancia. Yo imaginaba que iba a decir Bob Dylan, digo, porque usted creció en los Estados Unidos.
-JP: (Risas) No, yo siempre admiré mucho a Silvio,
tú sabes que una vez Silvio vino a Washington hace muchos años. Yo
estaba haciendo un post grado en filosofía en Georgetown y llegaron
Silvio y
Pablo Milanés.
Bueno, vinieron a Washington, y como yo estaba en Georgetown ayudé a
organizar un pequeño concierto en la universidad, al cual llegaron los
hijos de
Orlando Letelier;
a Letelier lo habían asesinado en Washington un par de años antes y sus
hijos estaban estudiando en la universidad y me acuerdo que Pablito les
cantó, junto con Silvio, esa gran canción de yo pisaré nuevamente las
calles de Santiago ensangrentada, y me acuerdo de las caras de los hijos
de Orlando Letelier, como lloraban esos muchachos; fue un gran
concierto. Yo escucho los discos de Silvio desde muchacho, y lo admiro
muchísimo; los quiero mucho.
-EG: Volvamos al tema de cómo usted trabajó, de cómo hizo el
trabajo periodístico de cubrir en El Paso, Texas, el juicio a Luis
Posada Carriles, que lo cubre para Cubadebate.
¿Cómo usted se planteó la relación entre objetividad, que debe tener un
reportero, un periodista, y la subjetividad que supone que sea usted un
abogado comprometido con las causas sociales, la revolución y la
extradición de Posada Carriles a Venezuela?
-JP: Yo reporteé lo que vi, lo que escuché, y
también lo traté de poner en cierto contexto; porque acuérdate que el
jurado no escuchó mucha de la evidencia y no escuchó el contexto
histórico del testimonio de muchos de los testigos en el juicio.
Entonces yo lo que traté de hacer fue reportar lo que se dijo, lo que
pasó, cómo lucían los personajes cuando hacían sus argumentos en corte,
qué abogado se enojaba con el otro, qué cara tenía la jueza, qué cara
ponía Arturo Hernández, qué cara ponía el fiscal; yo traté de retratar
lo que yo vi. Yo dije en todo momento que ese proceso era una batalla
entre el teatro y la evidencia; y el teatro estaba ganando, en el
sentido de que el jurado, que solo escuchaba parte de la evidencia,
estaba muy entusiasmado con el teatro que montaba la defensa.
Arturo Hernández fue muy hábil en la manera de montar el teatro y los
fiscales no lograron demostrarle al jurado que se trataba de teatro por
parte de la defensa y que la evidencia era que Posada Carriles le había
dicho a la reportera del New York Times, Ana Luisa Bardach, que él era
el autor intelectual de las bombas en La Habana, y que después le mintió
a un juez de emigración sobre esto, ese era el meollo del caso
realmente. Yo me pasé cuatro meses y medio en El Paso en un hotel, en el
mismo hotel que el Sr. Luis Posada Carriles, nunca en mi vida sentí
tanto odio como sentí durante esos cuatro meses y medio, de parte de los
seguidores de Posada Carriles, incluso del equipo legal de Posada
Carriles;
uno de los seguidores de Posada Carriles me amenazó de muerte en el hotel.
-EG: Yo se que usted lo ha contado, pero como esta entrevista
va a ser transcrita e incluida en otro proyecto me gustaría que usted
narrara cómo fue ese suceso de amenaza a usted durante el juicio a Luis
Posada Carriles y todo lo que tuvo que ver alrededor de ese momento.
-JP: Lo que ocurrió es que la primera noche que yo
llegué a El Paso estaban los seguidores de Posada Carriles en el hotel,
no vi a Posada la primera noche, pero sus seguidores sí estaban ahí;
ellos me reconocieron a mí, yo no los reconocí a ellos, se acercaron
todos, era un grupo como de 10, 12, 15 personas, uno de ellos se me
acercó y me amenazó de muerte, yo lo que hice entonces fue avisarle al
hotel y avisarle al FBI del incidente. El FBI habló con el individuo y
lograron que el individuo se fuera de El Paso. Se fueron y no regresaron
durante los cuatro meses y medio del juicio, incluso se fueron sin
pagar las habitaciones; no le avisaron al hotel que se habían ido,
habían ocupado las habitaciones sin pagar, creo que pasaron Cinco días
antes de que se percataran que estas personas se habían ido y se
quedaron debiendo cantidad de dinero al hotel.
Lo curioso fue que salió por la televisión un segmento noticioso, en
la televisión en El Paso, en TeleSur, en Cuba, y al otro día de haber
salido el incidente en la televisión, me encuentro con un joven mexicano
jornalero que iba caminando por la calle en lo que yo caminaba hacia la
corte y el señor se me acercó y me reconoció de la televisión, y me
dice: “Oiga, ¿usted no es ese señor que amenazaron a muerte anoche aquí
en El Paso?”, y le dije que sí, y me dice: “Mire, yo quiero mucho a la
revolución cubana y admiro mucho al presidente
Chávez
de Venezuela, yo vivo ‘nomasito’ aquí cerquita, si usted quiere pase a
vivir aquí con nosotros, nosotros lo protegemos”. Me dio mucha ternura
que alguien quisiera solidarizar cuando escuchó que uno había sido
amenazado de esa manera; la maldad es una cosa que a veces genera la
bondad de los demás.
-EG: Y usted no aceptó; o sea usted por principio se quedó en el hotel.
-JP: Me quedé en el hotel los cuatro meses y medio.
-EG: A propósito, ¿por dónde anda el proceso de solicitud de extradición de Posada Carriles?
-JP: La solicitud de extradición no ha sido
rechazada, sigue pendiente con el Departamento de Estado, pero está
desatendida por parte del Departamento de Estado, y Posada Carriles
continúa gozando de la impunidad en los Estados Unidos, igual que otros
terroristas que siguen sueltos y sin vacunar en Miami.
-EG: ¿Usted cree que Posada Carriles, dígamelo lo más pragmáticamente posible, va a terminar sus días tranquilamente en Miami?
-JP: Ojalá que no, ojalá que Posada Carriles sea
extraditado a Venezuela, ojalá que si no puede ser extraditado a
Venezuela sea extraditado a Italia para rendir cuentas por el asesinado
de
Fabio Di Celmo;
o que él decida, ya que se supone que es un gran héroe y un gran
valiente, que vaya a Cuba a enfrentar tantos cargos que tiene él allá y
hablar lo del machete que él habló en una entrevista, en el club ese de
los Big Five; que venga a decirlo en La Habana.
-EG: En eso coincidimos todos, coinciden millones de personas
en el mundo, no solo cubanos; y cubanos de las más distintas tendencias
filosóficas e ideológicas coinciden en que ese debería ser el camino.
Pero pragmáticamente Pertierra, muy pragmáticamente, déjeme repetirle la
pregunta: ¿cree que en la política, en la forma actual en que se
manejan estos procesos, o se ha manejado en Estados Unidos, Posada
Carriles va a terminar aquí tranquilo?
-JP: Yo no te puedo decir qué es lo que va a hacer
Estados Unidos, yo te puedo decir lo que nosotros estamos tratando de
lograr; contra viento y marea estamos tratando de lograr que se haga
justicia en este caso, por la memoria de las personas que Posada
Carriles ha asesinado. Reconocemos que es muy difícil porque los Estados
Unidos es el que lo entrenó, el que financió muchas de sus actividades,
él fue un hombre de la CIA, estos actos los cometió cuando era un
hombre activo de la CIA, en el caso de la voladura del avión los dos
autores materiales dijeron que habían sido entrenados por la CIA; o sea
reconocemos que esta no es una tarea fácil y que Estados Unidos lo
protege, pero seguiremos insistiendo y quizás después de que Obama sea
electo presidente una segunda vez y no tenga que rendir cuentas en otra
elección, pueda hacer lo que la justicia le pida que haga, que es
extraditar este hombre a Venezuela.
-EG: Usted disertó en un panel del Congreso Nacional Latino,
allí había participación de cineastas, diplomáticos, activistas, el tema
era el Latino Vote Caucus, de qué se habló allí, de qué se trató,
-JP: Bueno, ese fue un evento no reciente. Allí se trazó una estrategia importante, como demostró la elección de
Obama,
que con el voto latino logró ganar estados como Nevada, que
anteriormente había votado Republicano, y en estas elecciones es
sumamente importante igual, porque ahora él necesita nuevamente ganar
esos estados para ganar la presidencia otra vez, y francamente muchos
hispanos en los Estados Unidos han sido decepcionados por el Presidente,
votaron por él, contribuyeron con dinero a su elección y el Presidente
no cumplió con las promesas; la reforma migratoria se quedó estancada,
todavía hay guerra en Afganistán, hay mucha decepción y el voto latino
es muy importante.
-EG: ¿Cómo ve usted la contienda Romney-Obama?
-JP: Yo sigo pensando que Obama le va a ganar a
Romney, no porque Obama sea gran cosa sino porque Romney es tan
requetemalo y
se ha movido tanto hacia la extrema derecha que se ha alejado del
centro político de los Estados Unidos. Entonces va a ganar ciertos
estados, como Mississippi, Alabama, en el sur de los Estados Unidos.
-EG: ¿Ganará Massachusetts, donde fue gobernador?
-JP: Yo no creo que va a ganar Massachusetts y yo no
creo que va a ganar Michigan. Massachusetts es el estado donde él fue
gobernador y Michigan es el estado de donde viene su familia. Y yo no
creo que va a ganar ninguno de esos estados; yo no creo que va a ganar
la Florida tampoco, a pesar de todos los extremistas cubanos de derecha
que viven ahí, en Miami viven otros que vienen de varios lugares, y
viven negros americanos y blancos americanos que no comulgan con el
extremismo de muchos de los cubanoamericanos que viven en Miami.
-EG: ¿Usted cree que si Obama es reelecto se preocuparía en
un segundo periodo por dejar un legado más visible que la palidez con
que se ve este primer periodo?
-JP: Hasta ahora Obama se ha mostrado como un hombre
que ha querido ser Presidente para ser alguien, y no un hombre que ha
querido ser Presidente para hacer algo. Yo no veo que él se ha movido
con fervor para tratar de lograr las cosas que prometió durante su
campaña. No sé si lo hará en el segundo periodo. En este país lo que
pasa es que te dicen que, bueno, no podemos hacer nada ahora porque
vienen las elecciones presidenciales del segundo término, entonces
cuando llegan las elecciones del segundo término, si gana, entonces te
dicen que ahora están preocupados por las elecciones legislativas en dos
años, y después de eso estarán preocupados por las elecciones
presidenciales que vienen después, que aunque ellos no son candidatos
quizás uno de sus aliados lo será, y no quieren estropear eso; entonces
en resumidas cuentas no hacen nada.
-EG: Entonces usted no está seguro de que Obama retome esa
condición de venir de un estrato social del que viene, su condición de
ser el primer presidente afroamericano. ¿Él no entenderá la importancia,
la trascendencia histórica de marcar una presidencia en un segundo
periodo?
-JP: Yo no lo veo tan claro. Yo creo que él logró
ser el primer Presidente afroamericano de los Estados Unidos; ese será
su legado; en términos concretos, de políticas concretas, creo que tiene
un record pésimo y creo que eso no va a cambiar en un segundo periodo,
porque hasta ahora no ha mostrado ser una persona consecuente con sus
principios.
-EG: ¿Cómo ve usted la relación de Cuba y Estados Unidos a corto, mediano y a largo plazo? ¿Cuál es su visión?
-JP: No le tengo ninguna fe a los Estados Unidos
cuando se trata del tema de Cuba, ninguna. Es más, soy bastante
pesimista de que las cosas puedan cambiar. Es una lástima porque creo
que no solamente yo, muchos cubanoamericanos de a pie quisieran una
relación normal entre el país donde viven y el país donde nacieron;
muchos tienen familia en Cuba, quieren verla frecuentemente, no quieren
todas las trabas estas, y no comulgan con una política exterior de los
Estados Unidos cuya premisa es causarle hambruna al pueblo cubano,
esa es la premisa del bloqueo.
Pero a pesar de todo, atacar a Cuba es una industria en Miami; mucha
gente se ha hecho rica con esta industria; reciben dinero de los Estados
Unidos, millones de dólares están en jaque aquí para atacar a Cuba y
mantener el bloqueo. Y esta industria genera control de los medios de
comunicación en Miami, tanto la radio como la televisión y la prensa
escrita, y tienen a mucha gente ahí en Miami engatusada sobre lo que es
la realidad cubana; por eso ellos tratan de hacer todo lo posible para
evitar los viajes de los cubanoamericanos y de los americanos a Cuba;
porque el que va a Cuba se da cuenta que la visión de lo que es Cuba que
dan en Miami no es la realidad. Pero para regresar a tu pregunta, yo
soy muy pesimista de que esto se va a resolver a corto, a mediano o a
largo plazo.
-EG: ¿Y si aparece petróleo?
-JP: Si aparece petróleo entonces son capaces de invadir.
-EG: ¿Usted teme que eso pueda suceder? (Risas) Ahora usted se ríe, pero, ¿usted cree que ese peligro se cierne?
-JP: Bueno, eso le hicieron a Iraq, ¿no?
-EG: Sí, se lo hicieron a Iraq.
-JP: Yo creo que son capaces de esto. Yo no creo que exista en ese
país una posibilidad política para que el partido Demócrata haga lo que
sabe que debe hacer, que es levantar el bloqueo, eliminar a Cuba de la
lista de países terroristas y normalizar las relaciones entre los dos
países. Quizás nuestros hijos lo verán, pero yo soy muy pesimista. Una
vez, yo creo que fue The Washington Post, citó a un norteamericano
hablando sobre la situación de Cuba en Washington, que dijo que en
Washington atacar a Cuba es igual que pedir una pizza: es barato y todo
el mundo te quiere después que la pidas.
-EG: ¿Usted cree que, a contrapelo de lo que todos piensan, y
como ocurrió en China, los gestos de acercamiento en la relación entre
Cuba y Estados Unidos pudieran venir del Partido Republicano, de una
administración conservadora, antes que con los Demócratas?
-JP: Sí, pudiera ser, pero yo no veo la coyuntura para que eso pase.
Es de interés de los Estados Unidos tener una relación normal con Cuba y
América Latina, pero hasta ahora Estados Unidos ignora a América Latina
y ataca a Cuba, a Venezuela, a Bolivia, a Ecuador, y lo que está
ocurriendo en el mundo es que América Latina está cambiando y es más
independiente que nunca de los Estados Unidos. Ya vimos el fracaso en la
Cumbre de Cartagena de Indias hace poco, que yo creo que es el comienzo
del fin de la OEA como institución, porque es una institución creada
por los Estados Unidos; y por otra parte está la creación de la CELAC
como una alternativa a la OEA sin Estados Unidos y sin Canadá. Yo creo
que Estados Unidos se va aislando de América Latina, igual que ha
tratado de aislarse de Cuba. Lo que ha pasado es que la América Latina
de hoy no es la de 1960 o 61.
-EG: Pertierra, un día como hoy 22 de mayo, cumple 80 años
Mirta Rodríguez, la madre de Antonio Guerrero, quisiera preguntarle cómo
ve el caso de los Cinco frente al de Alan Gross.
-JP: Yo lamento que Alan Gross esté preso en Cuba. Yo creo que Alan
Gross es víctima de este tipo de relación hostil que existe entre Cuba y
los Estados Unidos; pero yo no creo que Estados Unidos debería haberlo
enviado a Cuba. Yo sé que no trabajaba directamente para el gobierno de
los Estados Unidos, pero era un contratista que trabajaba para una
organización que recibía dinero del gobierno de los Estados Unidos a
través de un programa llamado “cambio de régimen”, para llevar a cabo
una política cuyo propósito en Cuba es desestabilizar al gobierno. Y eso
en Cuba es ilegal, como sería ilegal en cualquier país del mundo. Violó
la ley, él mismo declaró lo que hizo y fue su declaración quien lo hizo
culpable y por eso está preso; está comenzando su sentencia de quince
años. Los Cinco también violaron la ley, vinieron a los Estados Unidos y
no se inscribieron como agentes de un gobierno extranjero; si lo
hubieran hecho no hubieran podido realizar las acciones para penetrar
las organizaciones terroristas de Miami. Los Cinco no deberían haber
tenido la necesidad de venir a los Estados Unidos si el FBI y el
gobierno de los Estados Unidos hubieran hecho su trabajo, pero
francamente por más de cinco décadas Estados Unidos ha entrenado, ha
protegido y financiado las actividades de estos grupos cubanoamericanos
de Miami. Y no han hecho lo que está supuesto a hacer, que es meter a
esta gente presa por terroristas, y por eso los Cinco tuvieron que venir
a Estados Unidos. La justicia, la lógica, dicta que Obama debería
firmar una sentencia ejecutiva para que los Cinco regresen a Cuba, yo
estoy seguro que si Estados Unidos hace un gesto de ese tipo que Cuba
haría un gesto por su parte y liberaría a Alan Gross.
-EG: ¿Usted tiene fe en que se impondrá el gesto por gesto?
-JP: Sí. A Estados Unidos no les preocupa los Cinco, pero sí creo que
le importa el americano que está preso en Cuba, y yo creo que el
Presidente Obama sabe que si él libera a los Cinco, que además le están
causando un gran dolor de cabeza internacionalmente, Cuba libera a Alan
Gross. Yo creo que por eso es posible ese gesto por gesto por ambas
partes. No por los Cinco, desde el punto norteamericano, pero por Alan
Gross sí. La gente en Miami que se opone a la liberación de los Cinco,
tú lo sabes porque vives en Miami, esa gente no van a votar por Obama
más nunca.
Entonces qué le importa a Obama; libera a los Cinco y esa gente
protesta y grita, ¿y qué?, van a votar por Romney de todas maneras;
debería hacer lo que la justicia requiere, liberar a los Cinco y también
lograr la liberación de Alan Gross. Acuérdate: el partido Demócrata no
depende del voto cubano sino del voto judío.
-EG: Y hay muchos judíos aquí en el centro de la Florida.
-JP: Y en Nueva York, en New Jersey, California…
-EG: ¿Habrá o no habrá reforma migratoria en EEUU?
-JP: Habrá pero no una reforma migratoria amplia. Yo creo que lo que
vamos a ver son pequeñas reformas casuísticas, como por ejemplo el
“Dream Act” (”Ley del sueño americano”), quizás el regreso de la Ley
245-I, la “Ley de la multa”, que permita a la gente pagar una multa. O
quizás la gente pueda pedir el castigo de los 10 años aquí en los
Estados Unidos, sin tener que salir. Yo no creo que existe la
posibilidad política en estos momentos para una reforma amplia, es una
lástima, pero eso es lo que pienso.
-EG: ¿Y será en un segundo periodo de Obama? Porque con los Republicanos, nada.
-JP: No, con los Republicanos, nada, al contrario. Y fíjate que es un
gran error político por parte de los Republicanos, porque ellos
pudieran recibir respaldo de los latinos, que en estos momentos no
apoyan a ese partido porque son muy antiinmigrantes. Yo no creo que haya
voluntad política por parte de los Republicanos para ayudar a los
inmigrantes, en lo absoluto.
-EG: ¿Qué piensa José Pertierra de Fidel Castro?
-JP: Fidel Castro es el que nos dio una nación. Cuba, hasta que llegó
la Revolución de 1959, dependía de España y después de Estados Unidos. Y
Fidel Castro convirtió a Cuba a través de la Revolución en una nación;
libre, independiente y soberana. Es un gigante, un fenómeno natural, es
un hombre que puede ver lo que va a pasar en el futuro con muchos años
de anticipación. Ha logrado hacer navegar a Cuba a través de aguas
tormentosas, ha resistido contra el gobierno de los Estados Unidos más
de cinco décadas, y sigue ahí, y el pueblo cubano sigue ahí, y los
valores que hay en Cuba que no existían antes del triunfo de la
Revolución son extraordinarios. Yo creo que es un gran hombre.
-EG: Pertierra, la comunidad cubana, la mayoría, quiere tener
una relación normal con Cuba, libre, independiente de los extremistas,
¿qué podemos hacer para que eso suceda?
-JP: No soy de decirle a la gente lo que tiene que hacer, yo te digo
lo que yo hago, yo no comulgo con esos extremistas de Miami, yo vivo mi
vida independientemente de ellos, me he dedicado a las leyes y al
Derecho, desde pequeño he estado defendiendo a los pobres de mi
comunidad y al pueblo cubano y uso el instrumento de los ricos, que son
las leyes. Roque Dalton, un gran poeta salvadoreño, estudió Derecho y
dijo: las leyes son para que las cumplan los pobres, las leyes son
hechas por los ricos para poner un poco de orden a la explotación. Los
pobres son los únicos cumplidores de leyes de la historia, pero cuando
los pobres hagan las leyes, ya no habrá ricos.
-EG: Muchas gracias al abogado José Pertierra por compartir esta conversación con “La tarde se mueve“. Hasta mañana.