viernes, 29 de abril de 2011

Restauran el Cristo de La Habana

Cristo de La Habana

El Cristo de La Habana, la escultura gigante que preside la bahía de la capital cubana y es símbolo de la ciudad, comenzó a ser restaurada para subsanar daños en un brazo y la cabeza.

”Vamos a limpiarlo completo y a arreglar algunas partes afectadas por dos rayos que le cayeron encima”, dijo el trabajador Roberto Riverón.

La obra de 20 metros de alto fue esculpida por la reconocida artista plástica cubana Jilma Madera (1915-00) y muestra a un Cristo de cuerpo entero, con una leve sonrisa, labios gruesos, cabellos largos y barba. Sus manos están más bien recogidas y una de ellas se posa sobre su pecho. Se le vistió con una larga toga que deja ver sus pies calzados de sandalias.

El trabajo de remozamiento de la enorme escultura culminará en uno o dos meses, comentó Riverón.

”Es un orgullo para nosotros trabajar en esta estatua que es símbolo para los cubanos”, agregó el empleado, mientras terminaba de colocar junto a sus colegas los andamios laterales.

Trabajada en mármol de Carrara, Italia, la obra está compuesta por 67 partes y pesa 320 toneladas. Además, mientras se esculpía fue bendecida por el Papa Pío XII.

Aunque el monumento tardó unos dos años en completarse, fue montado en pocos días a finales de 1958 en una colina que enmarca la Bahía de La Habana, por lo que a simple vista parece mucho más alto de lo que es en realidad. El Cristo de Río de Janeiro, el más conocido de América Latina, tiene unos 12 metros más.

Actualmente a sus pies se encuentra un parque que mira a la bahía y a la ciudad, un sitio de esparcimiento y también una atracción turística que visitan cada año miles de extranjeros.

Reportes de prensa indicaron que el Cristo ya había sido impactado por rayos en al menos otras tres ocasiones a lo largo de estas cinco décadas. Las fisuras provocadas en esta ocasión -no se informó exactamente cuándo cayeron estas últimas descargas- no se divisan a simple vista.
(Con información de AP)

El silencio y la infamia

Palabras en la Reunión del Comité Ejecutivo del Consejo Mundial por la Paz, en La Habana, el 29 de abril de 2011

Compañeras y compañeros:

Nos honra que acá se reúna el Comité Ejecutivo del Consejo Mundial por la Paz, institución que brega por la convivencia armoniosa entre las naciones y el respeto a los derechos de los pueblos, y lo ha hecho siempre sin vacilar desde su fundación cuando se iniciaba la llamada Guerra Fría.

Fueron constantes sus luchas para evitar el enfrentamiento militar entre los dos bloques en que entonces se dividía el mundo. Esa guerra nunca estalló aunque sí se repitieron las agresiones imperiales contra pueblos que buscaban liberarse de la dominación colonial. En aquellos tiempos se prometía que al superarse la guerra fría se habría de alcanzar el desarme general y completo y los cuantiosos recursos así liberados servirían para financiar el desarrollo de los países del tercer Mundo. No se alcanzó ni lo uno ni lo otro.

Terminó la guerra fría pero se intensifica la carrera armamentista, ya no existe el Tratado de Varsovia, pero la OTAN aumenta su membresía y extiende su acción belicista fuera de su ámbito original, primero invadiendo a Afganistán y ahora bombardeando y masacrando en Libia a una población que dice cínicamente proteger. Se hace más honda la brecha que separa a ricos y pobres y ya casi nadie recuerda las viejas promesas de cooperación internacional para el desarrollo. Son cada vez más evidentes los signos de la crisis del medio ambiente que amenaza con acabar con la especie humana y el hambre golpea a centenares de millones en todo el planeta.

Vienen ustedes a La Habana poco después de concluido el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba que movilizó a toda la sociedad para examinar nuestros problemas principales y aprobar los cambios indispensables en nuestro proyecto económico y social. Fue un Congreso del que salió fortalecida la unidad patriótica de la nación. Todas y todos nos empeñaremos por edificar una sociedad mejor en la que florezca el socialismo nuestro, el socialismo posible en Cuba, hoy.

Son grandes los desafíos que enfrenta nuestro pueblo. Resistimos una guerra económica que dura ya más de medio siglo, el genocidio más prolongado de la historia. Encaramos otras formas de agresión incluyendo el terrorismo que ha quitado la vida o se la ha dañado gravemente a miles de compatriotas.

Hace seis años que Luis Posada Carriles, asesino confeso, disfruta de la protección oficial y desde territorio norteamericano anuncia crímenes futuros con total impunidad. Por tratar de impedir tales ataques fueron injustamente condenados y sufren cruel prisión los Cinco compatriotas a quienes ustedes han hecho un reconocimiento muy especial.

Apreciamos profundamente la solidaridad de ustedes. Los Cinco son prueba irrefutable de que Washington practica el terrorismo contra el pueblo cubano. No se trata de una historia del pasado. Lo sigue haciendo ahora mismo.

Por eso el lunes 25 de abril de este año, hace apenas cinco días, la Fiscalía demandó que sea rechazada sumariamente, sin audiencia ni consideración alguna, la petición de Habeas Corpus a favor de Gerardo Hernández Nordelo. Igual reacción tuvo más tarde respecto a la moción semejante de Antonio Guerrero y la de René González. Washington quiere que el tribunal de Miami rechace esas apelaciones sin discutirlas, sin revisar las pruebas, sin escuchar siquiera a un acusado sobre el que pesa una descomunal condena a dos cadenas perpetuas más quince años.

Quieren con el secreto perpetuar una brutal injusticia. Es el estilo de quienes han creado cárceles clandestinas y han legalizado la tortura.

Creen poder hacerlo impunemente porque cuentan con la complicidad de los llamados medios de información que ocultan la verdad e impiden al pueblo norteamericano conocerla. Es urgente convocar a la solidaridad de todas las personas honestas.

Hay que multiplicar por todas partes acciones como las que ustedes realizan y merecen nuestra gratitud. Sólo así podremos derrotar a la dictadura mediática que es el principal instrumento del Imperio y culpable también por sus infamias. Que se alce en todo el mundo el reclamo al Presidente Obama para que libere a los Cinco, a todos y cada uno de ellos, sin excepción ni condición alguna.

(Cubadebate)

Pinar del Río a punto de ganar el trofeo de la Serie de Oro del béisbol cubano

Vladimir Baños

Vladimir Baños

Un efectivo picheo del lanzador pinareño Vladimir Baños hasta la novena entrada y una pésima defensiva de Ciego de Ávila propiciaron el tercer triunfo de Pinar del Río en la Gran Final de 50 Serie Nacional del Béisbol Cubano cinco carreras por cuatro.

Baños estuvo inmenso en el box, donde llegó a retirar a 14 bateadores de forma consecutiva hasta que en la última entrada, con más de 100 lanzamientos en su cuenta, concedió una base por bolas y le conectaron el tercer jit en todo el juego, lo que obligó al mentor Alfonso Urquiola a traer un lanzador relevista.

Cuatro de las cinco carreras de Pinar del Río fueron sucias a la cuenta del lanzador avileño Vladimir García, por errores de la segunda base, el receptor y la tercera base de los llamados tigres.

Un jonrón del cuarto bate avileño Yoelvis Fiss con dos hombres en base en el noveno inning, frente a los envíos del relevista Jesús Guerra, pegó el juego en sus momentos finales, pero el esfuerzo no fue suficiente y los avileños se quedaron a una del empate.

Nota llamativa del juego fue el regreso a la alineación de Pinar del Río del quinto bate, Yosvany Peraza, a quien Urquiola había sentado en los dos desafíos anteriores, el que conectó doble y jit en cuatro veces al bate.

Este viernes a las 8:15 pm tendrá lugar el quinto juego de la Serie Final, que pudiera ser el último de ganar Pinar del Río. Se espera una enorme concurrencia en el Estadio “Capitán San Luis”. El zurdo Julio Alfredo Martínez (PR) y el derecho Yadir Rabí (CA), dos lanzadores jóvenes que han rendido un mundo para sus equipos parecen ser los más probables abridores de sus respectiva novenas.

(Cubadebate)

Casa de las Américas: 50 años en 300 páginas

Presentación del libro “Casa de las Américas 1959-2009″, realizado en la Casa de las Américas, de La Habana, Cuba, el 28 de abril de 2011. Palabras de Senel Paz en el panel que se realizó para la presentación de este volumen, en el que participaron además María del Carmen Barcia, René Francisco y Silvio Rodríguez. Pepe Menéndez, actual director de Diseño de la institución, fue el moderador.

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Por Senel Paz

Hay que empezar por los créditos principales: “Marcia Leiseca, Chiqui Salsamendi, Silvia Gil y Jorge Fornet imaginaron este libro”, dice la primera página. Y naturalmente que sí, que solo personas cuya vida y la de la Casa de las Américas son casi lo mismo podían soñar y realizar este libro, streptease de la institución ante nuestros ojos. Todo lo que aparece en él aconteció, está en la memoria y en la historia y convive con el presente y seguirá andando hacia el futuro porque es camino andado. Ejercicio de recuento y nostalgia, cincuenta años apretados en trescientas páginas.

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Me detengo en la primera, donde el fotógrafo adivina y traza la trayectoria y atrapa las imágenes de las tres figuras tutelares que han presidido la Casa y que amamos y respetamos. Ellos abren la puerta y luego va uno recordando o enterándose. Un jurado de novela integrado por Lisandro Otero, Camilia Enríquez Ureña, Italo Calvino, Fernando Benítez y ángel Rama.

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Otro, el primero, que habría de premiar Bertillón 166 de nuestro Soler Puig, compuesto por Alejo Carpentier, Carlos Fuentes, Miguel Otero Silva, Miguel Angel Asturias y Labrador Ruiz, que falta en la instantánea. Así, pensaría cualquiera, no es tan difícil hacerse un prestigio, pero fue precisamente el prestigio como carta de nacimiento con la cultura cubana y la Revolución como padres, lo que atrajo a personalidades tan relevantes que con su trabajo y su presencia han ido construyendo el alma de esta institución justo a sus directivos y trabajadores.

A veces sorprende la juventud de figuras de quienes tenemos fijada como representativas imagen posteriores. Hay fotos de Oscar Hurtado, Thiago de Melo o Chico Buarque, por poner ejemplos, en las que aparecen casi de colegiales.

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Chico Buarque (izquierda), Pablo Ortiz Monasterio, Manuel Álvarez Bravo y Graciela Iturbide.

Admira el intento, registrado en la página de 57, de introducir para los cañaverales cubanos un nuevo vestuario: Manuel Rojas con saco y boina, Juan Bañuelos y Carlos Pellicer con guayaberas blanquísimas, Marta Traba con cerrado gorro de estambre. A favor de Manuel Rojas hay que decir que no entra si no que sale, con decisión, del cañaveral.

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Moda en los cañaverales

En la cama de un camión que, en la página siguiente, viaja por los campos de Oriente, nos sonríe una juvenil de Chiqui Salsamendi tras gafas de actriz. ¿Hacia dónde irían? Al río Toa, sugiere otra gráfica.

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Naturalmente, uno busca primero las fotos de sus “conocidos”, aunque ese conocimiento provenga solo del encuentro con sus obras, o de aquellos eventos que mejor recordamos o que marcan las estaciones principales de la Casa de las Américas que cada cual lleva en su corazón, como los Premios Literarios, las jornadas teatrales o las exposiciones.
En la página 79 tuve oportunidad de asomarme a una reunión, al parecer muy importante y sustanciosa, del Comité de Colaboración de la revista Casa de las Américas en la que, de izquierda a derecha, aparece parte grande de lo que más brillaba en el momento y sigue brillando hasta el día de hoy. Es una foto del 69, y en ella tuve la oportunidad de enterarme de que para esa fecha ya Ambrosio Fornet había comprado los espejuelos que le conozco. En el grupo, porque le asiste algún privilegio o dispensa especial, solo un indisciplinado fuma: Roberto Fernández R.

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Carlos Puebla, Omara Portuondo, un Pablo Milanés jovencísimo y Haydee Santamía, escuchan a Mercedes Sosa en la página 107, instantánea que seguramente está bajo llave porque tentación de llevarla a casa debe ser universal.

Libro Casa de las América

Yo por poco estoy en la página 149, donde la foto está dedicada al Primer Encuentro de Jóvenes Artistas Latinoamericanos que, junto a Trinidad Pérez, la Casa de las Amércas nos dio a muchos jóvenes de entonces la oportunidad de organizar y participar. En vez de mi imagen, Pepe Méndez, el responsable del diseño, prefirió utilizar otra en la que aparecen las piernas de Ana Istaurú sobre las que están clavadas, como dos cruces, la vista los diez artistas que completan el grupo.

Descubrí a Lesbia Vent Dumois, más china que en el presente, en la página 164, en medio de un grupo enorme. Y de este modo, volviendo a tropezar con las portadas de libros que hemos amado, de discos que nos dejaron escuchar las voces más importantes del continente, de exposiciones a las que asistimos, con una gráfica que fue fundamental para que tantos de mi generación aprendieran a amar la gráfica y a enorgullecernos de la nuestra, va uno completando un viaje divertido y emocionante por la historia de la institución, un particular y personalizado andar por casa.

Libro Casa de las Américas

Algo hay de cada evento, de cada manifestación. Es un libro con música, poesía, teatro, diseño, artes plásticas, artistas, muchos artistas, y sobre todo ideas y pasión. Todo está aquí. Está lo que ha sido, lo que no se puede borrar ni discutir. Incluso el espíritu de Mayeya y Eusebio. Y no se advierte, ni por un instante, como en ocasiones señalan algunos malvados, que la casa cargue la mano hacia la literatura. Eso no es cierto y la imparcialidad del actual presidente en este punto está absolutamente fuera de dudas. Que las páginas dobles estén dedicas al panteón de lujo de lujo que conforman los grandes Pablo Neruda, Julio Cortázar, Mario benedetti, Roque Dalton, Eduardo Galeano, Gabriel García Márquez y Ernesto Cardenal, todos ellos literatos, debe responde a una casualidad, como seguramente podrá confirmar cualquiera aquí en Casa.

Libro Casa de las Américas

De manera que, y para finalizar, les digo que este libro, del que no se puede hablar sin abundantes adjetivos, es indispensable y debemos agradecerlo a todos los que lo hicieron posible. Al final del recorrido, uno se encuentra más cerca de la Casa y la admira y respeta más. Yo recomiendo a todos aquellos que les sea posible que no duden en adquirirlo y los invito a visitarlo en la tranquilidad de sus hogares, si con amigos mejor, y solo les pido que se abstengan del natural deseo de llevárselo con ustedes si se van de viaje. Es un libro de Casa para dejar en casa.

Senel Paz presenta este texto. A su lado, Silvio Rodríguez, y más alejado, Pepe Menéndez, el moderador y diseñador del libro. Foto: Abel (Casa de las Américas)

Senel Paz presenta este texto. A su lado, Silvio Rodríguez, y más alejado, Pepe Menéndez, el moderador y diseñador del libro. Foto: Abel (Casa de las Américas)

Silvio Rodríguez: “Llegar a Casa fue una salvación”

El recital ofrecido en la Casa de las Américas por Noel Nicola, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, en febrero de 1968, fue el preludio del Movimiento de la Nueva Trova cubana.

El recital ofrecido en la Casa de las Américas por Noel Nicola, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, en febrero de 1968, fue el preludio del Movimiento de la Nueva Trova cubana.

Fragmentos de las palabras de Silvio Rodríguez en el panel

Yo no me incorporé desde el principio a Casa de las Américas, porque éramos jóvenes… Siempre hablo de nosotros, porque éramos un grupo de muchachos, que hacíamos canciones, que nos juntábamos porque nos gustaban las canciones que hacíamos y las intercambiábamos. Por hacer canciones llegamos aquí, a Casa de las Américas, en 1968.

Teníamos cada uno una breve trayectoria recorrida, sobre todo Pablo, que desde muy jovencito había comenzado a cantar. Noel y yo, menos. Vicente, menos también. Martín Rojas y Eduardo Ramos, aunque eran muy jóvenes, eran un poquito mayores que nosotros y ya tenían una trayectoria profesional. En el ambiente cultural cubano se hacían sentir sus composiciones. No habían trascendido al gran público, porque tocaban en night- clubs, en cabarets, pero ya los entendidos en el mundillo musical reconocían a ese núcleo original que se mostró aquí esa noche de febrero, creo que el 18, de 1968.

Llegar a Casa de las Américas fue una salvación. En muchos sentidos. Cantábamos lo que veíamos, lo que sentíamos. Desde el inicio asumíamos la canción con opiniones que vertíamos de una manera natural, fluida, y eso trajo contradicciones, que son conocidas -a veces magnificadas; también, a veces, no reveladas del todo. Parte y parte.

Llegar aquí fue una gran enseñanza. Nos puso en contacto con artistas ya hechos, con personalidades de la cultura, gente que conocíamos de los periódicos, del Noticiero ICAIC, de los libros… De pronto podíamos tratarlos y mantener, gracias a la Casa, ese contacto con los más grandes escritores latinoamericanos de la época, con pintores. Fue un crecimiento para mi generación de trovadores. Significó la Ilustración, realmente. La Ilustración desde el punto de vista cultural y también, ético. Nos ayudó mucho estar en contacto con personas de una estatura ética tan grande, como la de Haydeé Santamaría.

Galería de imágenes del libro “Casa de las Américas 1959-2009″

Desfiles del domingo serán un respaldo masivo a los acuerdos del Congreso

Desfile Primero de MayoAfirmó Salvador Valdés Mesa a Granma

El desfile de este 1º de Mayo en la Plaza de la Revolución y en los tantos otros sitios donde tradicionalmente se concentra nuestro pueblo, se convertirá en la primera oportunidad después del VI Congreso en la que millones de cubanas y cubanos demostremos nuestro respaldo a sus acuerdos, la voluntad de cumplirlos y nuestra firme unidad en torno a la Revolución y al Partido.

Así lo manifestó a Granma, Salvador Valdés Mesa, miembro del Buró Político y secretario general de la CTC, al término de uno de los miles de matutinos especiales que se realizan esta semana en los centros laborales, donde los trabajadores patentizan sus compromisos para celebrar masivamente la magna fiesta obrera.

La celebración será un brillante colofón de la participación masiva y popular de los trabajadores y el pueblo en el amplio y democrático proceso de debate de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, finalmente aprobados en el VI Congreso, dijo Valdés Mesa.

Tenemos que hacer nuestra la decisión de que las consignas de trabajo, productividad, eficiencia y ahorro que trabajadores, campesinos, estudiantes, jóvenes y pueblo unido todo, portaremos en los desfiles, no quedarán ahí, sino que se instituirán como deberes insoslayables en nuestro cotidiano quehacer.

Tomado de Granma