Una representación de Santiago Apóstol -santo patrón fundacional de esta ciudad- recorrió este jueves el área de los desfiles del Carnaval en una costumbre centenaria, y así inició la fiesta de mayor arraigo popular aqui.
El Rumbón Mayor es un estallido de alegría y tradiciones que une la herencia africana, europea, antillana y asiática de la identidad regional y libera el carácter extrovertido y el trato fraternal de los santiagueros,
como estímulo festivo al año de trabajo transcurrido.
Congas, comparsas y paseos arrastran por las principales calles de la ciudad a multitudes de bailadores tras su enérgica música; deleitan también orquestas del patio y otras regiones como la Original de Manzanillo y Cándido Fabré y su banda.
Personajes típicos como las máscaras a pie (disfrazados), pregoneros y actores relacioneros recorren la urbe de 496 años, dotándola de una teatralidad particular.
En los principales espacios del carnaval se elaboran y venden comidas y bebidas tradicionales que reponen las energías consumidas en los largos paseos bajo el calor del verano santiaguero.
Se puede degustar maíz hervido, ayaca (tamales), mariquitas (plátano verde frito), cerdo asado o macho, como se le dice aquí-, refrescantes frutas, prú oriental y cerveza fría, entre otros comestibles.
Hasta el próximo 27 de julio el jolgorio mantiene a toda la ciudad en vilo, sobre todo en la Avenida de Trocha, el Paseo Martí, los repartos Sueño, Santa Úrsula y el Tivolí, áreas más representativas.
El carnaval de Santiago de Cuba se remonta a la época colonial, cuando en el siglo XVII una procesión recorría los alrededores de la Catedral de la ciudad para celebrar el Día de Santiago Apóstol, patrono de la villa. Al final de la romería se incorporaban los cabildos de africanos para animar la celebración conocida como fiesta de mamarrachos con sus ritmos de tambores y sonajas.
Actualmente es uno de los más conocidos en el mundo porque conserva muchos valores folclóricos de la cultura cubana.
(Con información de Prensa Latina)
