
La obra Impromptu Lecuona, en carácter de estreno mundial y original de la legendaria bailarina, con la asistencia del joven coreógrafo Eduardo Blanco y el rol protagónico de la primera bailarina Bárbara García arrancó los aplausos del público, conocedor de la fusión que representa en la escena la buena técnica y estilo interpretativo.
Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad, elogió y reconoció el magisterio de Alicia Alonso, lo que ella representa para la cultura nacional y para la danza cubana, que ha trascendido en el mundo.
También destacó la férrea voluntad de la excelsa bailarina para sobreponerse a las adversidades que le produjo la pérdida de la visión desde los 20 años, así como su entrega infinita a este arte que hoy cuenta con una escuela cubana de ballet de alcance y prestigio internacionales.
El documental Alicia Alonso. Para que Giselle no muriera, de la Televisión española, fue otro de los sucesos en la jornada de apertura de la fiesta de la danza, que cada dos años aglutina a estrellas y compañías de diversas partes del orbe y que en esta ocasión comparten las celebraciones por los 90 años de Alicia.
Ese material audiovisual recoge testimonios de relevantes personalidades del arte, como Montserrat Caballé, Teresa Berganza, Cyrill Atanassoff, José Martínez, Víctor Ullate, Pablo Milanés y Miguel Barnet, además de Monseñor Carlos Manuel de Céspedes.
Ofrecen declaraciones, de igual modo, miembros del Ballet Nacional de Cuba como Loipa Araújo, y Lienz Chang, además de las actuales primeras bailarinas, Viengsay Valdés y Anette Delgado.
Selló la noche el desfile solemne con la participación de integrantes de la compañia cubana y de estudiantes de todos los niveles de enseñanza del ballet en escuelas de la capital. (AIN)