jueves, 15 de julio de 2010

…Y Fidel se apareció en el Acuario

“El mundo vive entre dos tragedias, la de la guerra y la del medio ambiente”

Fidel visita el Acuario Nacional de Cuba. Foto: Estudios Revolución
Fidel visita el Acuario Nacional de Cuba. Foto: Estudios Revolución
Faltaba media hora para el mediodía de este 15 de julio, cuando Fidel llegó sorpresivamente a la entrada del Acuario Nacional, vistiendo una fresca camisa a cuadros, con pantalón y zapatos deportivos, para enfrascarse inmediatamente en una breve charla con dos niñas y un pequeño grupo de trabajadores que se encontraban a la entrada.
Tras la bienvenida sin protocolos, Guillermo García, el director de la instalación, le fue presentando a miembros de su equipo de dirección en el que son mayoría las mujeres. “Trabajar con mujeres es muy bueno”, le comentó al líder de la Revolución, quien a su vez precisó: “y mucho más seguro.”
Después de repasar con visible alegría fotos y recuerdos de los días de la reinauguración del Acuario en el año 2002 y saludar a una amplia representación de los trabajadores, entre ellos la doctora veterinaria Celia Guevara March, hija del Che con quien hizo un cariñoso aparte para saber de la familia, Fidel fue invitado a presenciar el espectáculo submarino de los delfines, único de su tipo en el mundo.
Tres delfines hembra de alrededor de 7 años de edad, son las estrellas del emotivo espectáculo que atrae desde antes de comenzar, cuando los entrenadores inician su comunicación con los animales desde la parte superior de la piscina de 500 metros cúbicos de agua, visible a través de una amplia ventana de acrílico de 7 metros y medio de altura, 14 de ancho y 22 centímetros de espesor.
Según el director del Acuario le explicó a Fidel, a diferencia de las presentaciones en superficie, que hacen pausas frecuentes para premiar la actuación de los animales con algún alimento, esta solo tiene como estímulo el momento previo en que se produce esa comunicación de ambas partes.
Sobre las 11 y 47 comenzó la impresionante exhibición de 20 minutos aproximadamente, en la que las tres delfines y sus entrenadores (dos muchachas y un muchacho) se entrelazaban y danzaban entre sí, impulsados desde los pies por los poderosos animales, cuyo peso promedio está sobre los 150 kilos.
Visiblemente impresionado, Fidel no dejó de hacer comentarios y preguntas a sus anfitriones. Lo primero, el tiempo de los entrenadores bajo el agua sin respirar, como promedio entre un minuto y un minuto y medio con intervalos de apnea de 30 a 40 segundos, lo que constituye un ejercicio duro.
Para el espectáculo, que la Asociación Mundial de mamíferos marinos certificó como exclusivo de su tipo en el planeta, están preparados 8 entrenadores, formados totalmente en el Acuario cubano, quienes se alternan en sus actuaciones.
Hasta muy tarde-de 5 de la tarde a diez de la noche- se extienden las presentaciones veraniegas de este exclusivo show que incluye madrugadas cuando se producen las visitas de niños con xeromatosis pigmentosa, un padecimiento de la piel que les impiden tomar el sol.
Fidel también se interesó por la relación entre los entrenadores y sus animales y los posibles riesgos de ataque, muy muy raros, según le explicaron y solo debido a errores humanos, porque los delfines son seres muy sociables que como promedio viven 25 años y pueden alcanzar el doble cuando están en cautiverio.
Con la ayuda de los entrenadores desde el otro lado del acrílico, las hermosas delfines saludaron varias veces a Fidel creando aros de burbujas y parándose de cabeza. Fue cuando se explicó el “sonar” de estos particulares animales y los kilómetros que puede alcanzar como una suerte de ultrasonido que ha hecho que los utilicen para detectar minas y en otras actividades militares.
Comentando luego otros detalles, García dijo que han recibido la visita de entrenadores varios países, entre ellos varios norteamericanos quienes reconocieron que en toda Norteamérica no existe nada igual y no conocen que exista en otras partes.
“Parece que delfines tampoco”, se lamentó Fidel, recordando el profundo daño al ecosistema propiciado por todo lo que se vierte sobre los mares y que ha afectado a estas y otras especies. Su observación fue respaldada por los datos del director del Acuario, quien habló del reporte de más 200 delfines y cerca de 550 tortugas muertos como consecuencia del derrame de petróleo en el Golfo de México.
“Hay dos peligros tremendos, el peligro de guerra y el peligro para el medio ambiente”, advirtió Fidel, quien se lamentó de que eso ocurra a pesar de la extraordinaria acumulación de conocimientos que se ha producido en los últimos 60 años, periodo en el que se han triplicado todos los conocimientos. Adelantó que está preparando una Reflexión donde aborda estos temas y reiteró nuevamente su advertencia de que “el mundo vive entre dos tragedias, la de la guerra y la del medio ambiente”.
Después de tomarse fotos con los entrenadores y el colectivo del Acuario, Fidel comentaba la razón de sus primeras preguntas en relación con el tiempo de los entrenadores bajo el agua, debido a su experiencia como legendario submarinista: “Sé lo que es estar sin respirar y tomar aire con aqualon y sin aqualon,.”
A una pregunta del director informó que algunas veces llegó a superar los dos minutos sin respirar, pero sin hacer movimiento alguno. “Puedo apreciar lo que ellos hacen, lo que es la apnea y lo que significa repetirla.” También recordó con particular emoción haber compartido alguna vez sus nados con delfines en la bahía de Naranjo en Banes, en la actual provincia de Holguín.
Ya en la despedida se interesó por los días de funciones del Acuario -de martes a domingo hasta las diez de la noche con descanso el lunes- y el tiempo de trabajo y descanso de todo el personal, especialmente los que animan los espectáculos con los animales, con frecuencia de tres veces por día, bajo asesoramiento de los médicos de medicina subacuática del Hospital Naval en el caso del show bajo el agua, cuyo riesgo fundamental es la repetición de la apnea.
Resumiendo sus impresiones de la visita, Fidel calificó el espectáculo visto como “algo muy sosegado, más bonito que cualquier otro que haya visto. Si uno quiere un obsequio para alguien por quien sienta especial consideración, este es.”
A la salida, prácticamente todo el personal del Acuario y decenas de visitantes se habían congregado en las proximidades para saludar con vítores al líder de la Revolución.
El Acuario Nacional de Cuba, fundado hace exactamente 50 años, el 23 de enero de 1960, cuenta con una población de más de 3 000 animales, 23 de ellos mamíferos marinos, 8 delfines y 15 lobos marinos, atractivo principal de la instalación que recibe unos 3 000 visitantes por día y entre 25 000 a 30 000 turistas por año.

Cuba vence a Taipei de China en la Semana Beisbolera de Haarlem

Con un chispazo en el octavo capítulo, cuando perdía por la mínima, la selección cubana venció agónicamente a Taipei de China, tres carreras por dos, y recuperó el aliento en la Semana Beisbolera de Haarlem. El zurdo Maikel Folch contuvo a los asiáticos y le dio un respiro a Cuba.
Otra vez la ofensiva criolla estuvo apagada, aunque salimos delante por dobletes consecutivos de Danel Castro y Donald Duarte en la primera entrada, frente al abridor Kuan Yu Chen. Sin embargo, el zurdo se compuso después y caminó hasta el séptimo, con cuatro ponches.
Mientras, el siniestro avileño Maikel Folch amarró a los asiáticos hasta el octavo, cuando permitió dos carreras sucias. El detonante fue un error de Rudy Reyes sobre un lance aparentemente fácil que sería el tercer out.
En la jugada quedaron con vida dos corredores y seguidamente Folch le dio boleto al quinto bate, Huang. Ahí el mentor cubano trajo a Robelio Carrillo, pero el zurdo villaclareño permitió un cañonazo al jardín derecho que puso en ventaja a los asiáticos.
Por suerte, los cubanos llegaron con «picazón» al banco y Ariel Sánchez prendió la mecha en la parte baja del octavo. El matancero pegó hit frente al relevista Chen Lin, llegó a segunda por sacrificio de Danel, y anotó con el doble de Duarte al centro del terreno.
Ya con el marcador igualado, Taipei apeló a otro relevista: el derecho Wen Cheng Hsu. Entonces el alto mando cubano reemplazó a Meriño por Andy Zamora, buscando un hit, y el zurdo recibió pelotazo. Luego, Bell remolcó a Duarte con cohete al jardín derecho.
Así quedó sellado el partido, pues los asiáticos no pudieron embasarse en el noveno episodio frente a Carrillo. Fue un buen juego, que se complicó más de la cuenta.
Cuba movió otro poquito su alineación titular, con Ariel Sánchez (cf), Danel Castro (2b), Donald Duarte (3b), Rolando Meriño (bd), Alexei Bell (rf), Yunier Mendoza (1b), Serguei Pérez (lf), Yulexis La Rosa (r) y Rudy Reyes (ss).
Esta vez, Ariel Sánchez y Donald Duarte pegaron tres hits, mientras Serguei consiguió dos. En cambio, Meriño, Mendoza, Yulexis y Rudy se fueron en blanco, aunque el inicialista espirituano recibió dos boletos.
Ahora Cuba (4-2) jugará el viernes contra la selección colegial de Estados Unidos (1-3). Los norteños se medían con Holanda (4-0), en la noche del jueves.
El rendimiento de los cubanos ha sido un cachumbambé, como si algo hubiera fallado en la preparación previa. Fuimos por mangos bajitos y no resultó.
Estos «accidentes» frente a equipos de segunda reabren el debate sobre la situación actual del béisbol cubano. Por algún lado le entra el agua al coco y hay que cortar de raíz. ¿Estamos de acuerdo?