sábado, 11 de agosto de 2012

Un juez brasileño castiga a Facebook


brasil-facebook
Un juez brasileño dictaminó la suspensión por un día en Brasil del sitio estadounidense Facebook, debido a la violación de las leyes electorales del país sudamericano.
La decisión tuvo lugar tras el del reclamo de un dirigente político que se sintió ofendido con una publicación en la red social.
Los abogados de Facebook en Brasil presentaron un recurso el viernes por la noche ante el juez Luiz Schuch, de Florianópolis, estado de Santa Catarina, que debe decidir el lunes si cierra o no la red social más amplia del mundo, según la estatal Agencia Brasil.
En Brasil, la empresa Facebook tiene 37 millones de usuarios.
El magistrado de la justicia electoral sostuvo el viernes que Facebook no cumplió una medida para que sea retirada de su sitio la página “Reacciona Praia Mole”, un espacio anónimo contrario a proyectos inmobiliarios en una playa de la isla de Florinópolis.
A ese perfil lo objetó judicialmente el concejal Dalmo Menezes, del conservador Partido Progresista, candidato a la reelección en las elecciones municipales del 7 de octubre.
El magistrado suspendió en su decisión a Facebook por 24 horas, so pena de una multa de 25 mil dólares diarios y una suspensión doble, por “incumplimiento de la ley electoral”, ya que las expresiones políticas anónimas y agresivas son castigadas por el Tribunal Superior Electoral en época de campaña.
Si la decisión es confirmada, Facebook se verá obligada a interrumpir el acceso a la red social e informar que el sitio está fuera del aire por “incumplimiento de la ley electoral”.
(Con información de ANSA)

Eduardo Galeano: Olimpíadas


olimpiadas
A los griegos les encantaba matarse entre sí, pero además de la guerra practicaban otros deportes.
Competían en la ciudad de Olimpia, y mientras las olimpíadas ocurrían, los griegos olvidaban sus guerras por un rato.
Todos desnudos: los corredores, los atletas que arrojaban la jabalina y el disco, los que saltaban, boxeaban, luchaban galopaban o competían cantando. Ninguno llevaba zapatillas de marca, ni camisetas de moda, ni nada que no fuera la propia piel brillosa de ungüentos.
Los campeones no recibían medallas. Ganaban una corona de laurel, unas cuantas tinajas de aceite de oliva, el derecho a comer gratis durante toda la vida y el respeto y la admiración de sus vecinos.
El primer campeón, un tal Korebus, se ganaba la vida trabajando de cocinero, y a eso siguió dedicándose. En la olimpíada inaugural, él corrió más que todos sus rivales y más que los temibles vientos del norte.
Las olimpíadas eran ceremonias de identidad compartida. Haciendo deporte, esos cuerpos decían, sin palabras: Nos odiamos, nos peleamos, pero todos somos griegos.
Y así fue durante mil años, hasta que el cristianismo triunfante prohibió estas paganas desnudeces que ofendían al Señor.
En las olimpíadas griegas nunca participaron las mujeres, los esclavos ni los extranjeros.
En la democracia griega, tampoco.
(Cubadebate)