Observaba
hace dos días a Vanessa Davies en su programa “Contragolpe” del canal 8, Venezolana
de Televisión. Dialogaba y multiplicaba sus preguntas a Basem Tajeldine, venezolano
inteligente y honesto que transpiraba nobleza en su rostro. En el momento en
que encendí el televisor se abordaba mi tesis de que sólo Obama podía detener
el desastre.
De
inmediato, a la mente del historiador venía la idea del inconmensurable poder
que se le atribuía. Y es así, sin duda alguna. Pero estamos pensando en dos
poderes distintos.
El
poder político real en Estados Unidos lo ostenta la poderosa oligarquía de los
multimillonarios, que gobiernan no sólo a ese país sino también al mundo: el
gigantesco poder del Club Bilderberg que describe Daniel Estulin, creado por
los Rockefeller, y la Comisión Trilateral.
El
aparato militar de Estados Unidos con sus organismos de seguridad, es mucho más
poderoso que Barack Obama, Presidente de Estados Unidos. Él no creó ese
aparato, ni tampoco el aparato lo creó a él. Fueron las excepcionales
circunstancias de la crisis económica y la guerra los factores principales que
llevaron a un descendiente del sector más discriminado de Estados Unidos,
dotado de cultura e inteligencia, al cargo que ocupa.
¿En
qué radica el poder de Obama en este momento? ¿Por qué yo afirmo que la guerra
o la paz dependerán de él? Ojalá el intercambio entre la periodista y el
historiador sirva para ilustrar el asunto.
Lo
diré de otra forma: la famosa maletica con las claves y el botón para lanzar
una bomba nuclear surgió con motivo de la terrible decisión que esto implicaba,
el carácter devastador del arma, y la necesidad de no perder una fracción de
minuto. Kennedy y Jruschov pasaron por esa experiencia, y Cuba estuvo a punto
de ser el primer blanco de un ataque masivo con tales armas.
Todavía
recuerdo la angustia reflejada en las preguntas que Kennedy le indicó hacerme
al periodista francés Jean Daniel, cuando supo que vendría a Cuba y se reuniría
conmigo. “¿Castro sabe lo cerca que estuvimos de una guerra mundial?”. Le indicó
regresar de nuevo a Washington para conversar con él. Es una historia que se
conoce bien.
Resultaba
tan interesante el tema que lo invité a salir de La Habana, y estábamos
abordando el asunto avanzada ya la mañana, en una casa próxima al mar de la
famosa playa de Varadero.
Nadie
tuvo que contarnos nada, porque de inmediato me avisaron del atentado y
sintonizamos una radioemisora de Estados Unidos. En ese mismo instante se
informaba que varios disparos habían herido de muerte al Presidente de Estados
Unidos.
Manos
mercenarias habían llevado a cabo el homicidio.
Para
la derecha de Estados Unidos, incluyendo los mercenarios de la CIA que
desembarcaron en Girón, no era lo suficientemente enérgico con Cuba.
Ha
transcurrido desde entonces casi medio siglo. El mundo cambió, mucho más de 20
mil armas nucleares fueron desarrolladas, su poder destructor equivale a casi 450
mil veces el de la que destruyó la ciudad de Hiroshima. Cualquiera tiene
derecho a preguntarse: ¿para qué sirve el maletín nuclear? ¿Puede acaso un Presidente
dirigir algo tan sofisticado y complejo como una guerra nuclear?
Tal
maletín es algo tan simbólico como el bastón de mando, que se mantiene en manos
del Presidente como pura ficción.
El
único hecho significativo es que en Estados Unidos hay una Constitución, la
cual establece que sólo existe una persona en el país que puede dar la orden de
iniciar una guerra, lo cual es ahora más importante que nunca, ya que una
guerra nuclear mundial puede desatarse en un minuto y durar tal vez un día.
Entonces
puedo hacer varias preguntas. ¿Puede
alguien más que no sea el Presidente dar la orden de iniciar una guerra? ¿Necesitó
otra facultad el propio Kennedy para
atacar Girón y después desatarla en Vietnam? ¿Johnson para escalarla? ¿Nixon
para bombardear demoledoramente ese país? ¿Reagan para invadir Granada? ¿Bush
padre para atacar el 20 de diciembre 1989 las ciudades de Panamá, Colón,
demoler el barrio pobre de El Chorrillo, y matar allí millares de personas
pobres? ¿La necesitó Clinton para atacar Serbia y crear Kosovo? ¿Bush hijo para
la atroz invasión de Irak? Menciono por su orden solo varias de las fechorías más
conocidas del imperio. Obama hasta hoy no ha hecho más que recibir la herencia.
El
viejo pensamiento no se adapta fácilmente a las nuevas realidades.
Pues
bien. He planteado la idea, no de que Obama sea poderoso o superpoderoso; él
prefiere jugar básquet o pronunciar discursos; le han otorgado además el Premio
Nobel de la Paz. Michael Moore lo exhortó a que ahora se lo ganara. Tal vez
nunca nadie se imaginó, y él menos que nadie, la idea de que en esta etapa
final del año 2010, si acata las instrucciones del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas, a lo que tal vez lo exhorte con firmeza un surcoreano llamado Ban
Ki-moon, será responsable de la desaparición de la especie humana.
Estoy listo para seguir discutiendo sobre el tema.
Fidel Castro Ruz
Agosto 22 de 2010
12 y 26 p.m.