sábado, 12 de mayo de 2012
Federación de Mujeres honra a madres y esposas de Los Cinco
Yolanda Ferrer, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), afirmó este viernes que en cada hogar de su país hay un pensamiento para las madres y esposas de los Cinco Héroes condenados injustamente en EE.UU. Estas valientes mujeres son símbolos de los valores de la Revolución, sentenció Ferrer, durante un homenaje efectuado en la sede de la FMC, en esta capital, con motivo de celebrarse el próximo domingo el Día de las Madres.
La dirigente manifestó que es un privilegio homenajearlas en fecha tan especial, no solo desde la Dirección Nacional de esa organización de masas, sino también desde toda Cuba.
Han dado a la patria hijos de la talla revolucionaria de René González, Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González y Gerardo Hernández, educados y formados con las mejores cualidades humanas y los más elevados valores éticos, declaró.
Los Cinco -como se les conoce en las campañas internacionales de solidaridad- fueron apresados en 1998 en Miami y sometidos a politizado juicio en esa ciudad, concluido en 2001, por alertar a su país sobre planes terroristas fraguados en la Florida contra la Isla.
Ellos recibieron injustas sentencias, que fueron desde 15 años de cárcel hasta dos cadenas perpetuas más 15 años.
Ferrer elogió el estoicismo, la dignidad y las convicciones con que las madres y esposas de estos patriotas enfrentan la dolorosa realidad de la separación y el encarcelamiento, al mismo tiempo que han salido adelante luchando por ellos.
Asimismo, hizo extensiva la congratulación a las madres cubanas: trabajadoras, campesinas, amas de casa, estudiantes, artistas, deportistas, periodistas…, todas las madres federadas comprometidas con su tiempo y la Revolución.
En nombre de los familiares de Los Cinco, Magali Llort, madre de Fernando, envió un mensaje de felicitación a las madres de Cuba y del mundo, al tiempo que agradeció el apoyo y el respaldo dados para lograr el regreso de estos patriotas al seno de sus familias.
(AIN),
La Bienal invade calles y plazas de La Habana
Los habaneros, y probablemente los visitantes que recorran por estos días la capital cubana, no saldrán de su asombro. Lo mismo podrán encontrar una “conga irreversible” que irrumpa contagiosa por el Paseo del Prado, que performances como “Las Cabezas”, de la autoría del artista plástico Manuel Mendive, un carnaval de cuerpos desnudos y semidesnudos, ataviados con una suerte de “body art” africano.
A tono con una corriente en marcha, la capital cubana se convertirá, todos estos días, en una inmensa galería a cielo abierto, un espacio común de convivencia -sin menoscabo de los muros convencionales del museo- donde artistas de distintas edades, indagaciones y estilos echarán a andar sus obras plásticas.
Una juventud perceptible incluso, más allá de la edad, en la lozanía y audacia de creadores de larga andadura, abocados al arte con el mismo susto de la creación, la misma sensación de salto al vacío, la misma pasión sin mesura de los principiantes.
Con una signficativa presencia de artistas de Africa y Medio Oriente -entre ellos el sudafricano Steven Cohen, el marroquí Batoul Shimi y el palestino Rafat Asad-, la nave de la Bienal avanzará viento en popa hasta el 11 de junio.
En la ciudad antigua funcionarán 23 espacios tradicionales: galerías, el Gran Teatro de La Habana, cines, el Castillo de la Real Fuerza, hoteles y la iglesia de San Francisco de Paula.
Junto a ellos la espléndida avenida del malecón habanero desplegando su seducción sobre los transeúntes. Estos espacios abiertos, multiplicados en cinco municipios citadinos, serán sin duda los más codiciados.
Los organizadores los llaman espacios robados. Valdría más bien llamarlos espacios devueltos, por reintegrar al arte un dominio que debe pertenecerle.
En el grupo de los noveles, destellan los egresados de las escuelas de arte de la isla, atrevidos, osados, irreverentes, en busca de lo auténtico nuevo como hallazgo o descubrimiento de la mirada entrenada, alerta, perforando la costra de la rutina.
Vale citar entonces a Grthell Rasúa, quien derriba patrones establecidos, desconoce fronteras y subvierte lo desechable e incluso repulsivo transformándolo en valor estético.
Ella trabaja con fluidos corporales humanos como la sangre, la leche materna, el semen, las lágrimas, el cerumen e incluso el excremento, sometiéndolos a un proceso de deshidratación para insuflarles una dimensión reivindicadora que junte lo útil con lo bello.
Podemos hacer de algo desagradable todo lo contrario. Ese es uno de mis grandes desafíos, y para asumirlo utilizo materiales culturalmente ignorados, afirma.
Y es que el artista, como lo definiera Picasso “es un receptáculo de emociones procedentes de cualquier lugar: del cielo, de la tierra, de un trozo de papel, de una figura que pasa, de una telaraña”.
Muestras colaterales en el Parque Morro- Cabaña y en el Pabellón Cuba, 10 proyectos colectivos de creadores de diferentes generaciones y países y seis propuestas itinerantes recorrerán la ciudad, sin olvidar exposiciones conjuntas de cubanos residentes en la isla y en el exterior.
La Bienal, en suma, devenida centro aglutinador de lenguajes expresivos, innovadores, provocativos, reflexivos. La Habana como un lienzo infinito. El arte, a sus anchas, crepita, bulle.
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