viernes, 6 de mayo de 2011

Dayron Robles: “Quiero llegar en buena forma al tramo final de la temporada”

La última presentación de Robles fue en el mitin bajo techo de Lievin, Francia, donde triunfó con discreto 7.57

La última presentación de Robles fue en el mitin bajo techo de Lievin, Francia, donde triunfó con discreto 7.57

Queda un poco lejos el año 2008 y desgraciadamente en el deporte no se recuerdan demasiado las hazañas pasadas, la afición valora más el presente y se resiste a vivir de los títulos y récords logrados antaño. Por ello supongo que debe ser incómodo el estatus actual del monarca olímpico y plusmarquista del orbe en los 110 metros con vallas, Dayron Robles, quien no ha logrado completar las dos últimas temporadas atléticas por diversas lesiones.

El Mundial de Berlín en el 2009 y una prueba en Lausana, Suiza, en julio pasado, marcaron el adiós a las competencias en dichos cursos del astro criollo, aquejado de molestias en la pierna de ataque, así como otras dolencias producto de los pies planos.

Por si fuera poco, la suerte no parece acompañar al talentoso guantanamero, quien durante la reunión de Stuttgart (Sparkassen Cup), en febrero último, chocó con una valla a comienzos del trayecto y realizó una rotación fuerte de la espalda baja que le provocó molestias en la pierna de arrastre, obligándolo a retirarse de la gira invernal, en la que pretendía mejorar la técnica y aumentar la intensidad en la primera parte de la distancia (60 metros) que se corre al aire libre.

En sus ausencias el norteamericano David Oliver se ha adueñado del circuito de las vallas cortas, merced a una gran estabilidad en los cronos, varias veces inferiores a los 13 segundos y frisando incluso el tope universal de Robles, un 12.87 logrado en Ostrava en aquel fantástico 2008, cuando también alcanzó la segunda mejor marca de la historia bajo techo (7.33), a solo tres centésimas del primado mundial del británico Collin Jackson, establecido el 6 de marzo de 1994, en Sindelfingen, Alemania.

Oliver llegó hasta 12.89 en París hace diez meses y mantuvo en lo más alto el nivel durante las pruebas de la temporada invernal, en las que impuso la mejor marca del año (7.37) en pista cubierta.

Pese al panorama, a la vista un tanto sombrío, Robles dice encontrarse en buena forma física y se muestra confiado en sus posibilidades de cara a los compromisos al aire libre que se avecinan, para los cuales se alista jornada tras jornada en el Estadio Panamericano de La Habana: “Entreno dos o tres horas diarias de lunes a sábado y no he tenido ningún tipo de dolencia, he asimilado sin problemas todas las cargas de esta etapa preparatoria”.

Al respecto, su entrenador, el también laureado Santiago Antúnez, aseguró a este reportero que un equipo de médicos y fisioterapeutas realizaron un estudio exhaustivo de las lesiones de Dayron y prepararon un programa especial de ejercicios de fortalecimiento y estiramientos, los cuales ha cumplido al pie de la letra para completar una recuperación satisfactoria.

Sin embargo, no hay intenciones de apurarlo, por ello se estrenará al aire libre el venidero 7 de mayo en Guadalupe y una semana más tarde correrá en Puerto Rico, compromisos en los que previsiblemente competirá solo con su sombra: “La idea es entrar en calor en estas carreras para luego subir la parada a finales de mes en Ostrava, donde deben estar algunos de los principales rivales”, confirmó el vallista de 24 años.

“Entrenaré en La Habana y luego estaré en algunas carreras del circuito europeo en junio y julio para evaluar cómo marcha la preparación. Poco a poco intensificaré el ritmo, pero sin apuros, para no forzar lesiones y llegar en buena forma al tramo final de la temporada”, agregó.

LA DEUDA

Aunque dice no obsesionarse, el Campeonato Mundial de Daegu, Corea del Sur, es el gran reto de Dayron Robles esta temporada, además de los Juegos Panamericanos de Guadalajara en octubre, donde intentará revalidar la corona de Río de Janeiro’07 y conservar el sitial de honor de los vallistas cortos antillanos, inmaculado desde Mar del Plata’95.

Agosto está señalado con letras rojas en el calendario de Robles, pues en esa fecha buscará saldar una gran deuda personal: coronarse campeón del mundo por primera vez en su carrera tras los fracasos de Osaka ‘07 y Berlín ‘09.

Como vemos, el reto no llega en el mejor de los momentos: el chino Liu Xiang, aún lejos de sus mejores días, recupera terreno, Oliver se muestra impetuoso y a ratos imbatible, mientras el resto de la avanzada norteamericana y “los satélites” europeos siempre son una amenaza.

No obstante, considero muy oportuno otorgarle a Robles el beneficio de la duda, pues si bien tiene unas cuantas vallas de retraso, creo que aún puede echar mano de su explosividad y su exquisito arsenal técnico para remontar la desventaja. Daegu espera.

(Cubadebate)

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