
El Palacio Central de Pioneros Ernesto Che Guevara lucía espléndido. Una notable energía, un sinfín de colores, sonrisas, juegos, travesuras y voces, ofrecían la sensación de estar en un castillo encantado, en el cual decenas de príncipes se habían dado cita para tocar de felicidad a cada uno de sus reinos.
Repartidos en cuatro comisiones, los delegados al V Congreso Pioneril trabajaron cohesionados para descifrar retos y posibles soluciones a las problemáticas que hoy tiene la organización más joven del país.
Por los caminos del saber
¿Cuál es el principal deber de un pionero? ¿Cómo puede elevarse la calidad de las clases y de las casas de estudio? ¿Cuántas iniciativas pueden desarrollarse en el seno de los colectivos pioneriles para mejorar la ortografía e incentivar el interés por el cuidado de la naturaleza y sus beneficios?
Esas fueron algunas de las interrogantes que guiaron el debate de los delegados durante su jornada dominical, en la comisión relacionada con el funcionamiento de la Organización de Pioneros José Martí en la enseñanza primaria y especial, luego de que visionaran un material que contrasta la realidad de los niños cubanos antes de 1959 y después del triunfo de la Revolución.
Los pioneros, de diferentes municipios del país, agradecieron de forma unánime la concreción de los sueños de Fidel para la niñez en esta sociedad, y transmitieron algunas de sus experiencias exitosas en relación con una mayor motivación de los alumnos para estudiar —su principal misión—, obtener buenas notas y participar en encuentros de conocimientos y competencias que enriquezcan su formación.
La pionera Nadia María Izquierdo, de Mayabeque, insistió en el potencial que tiene la emulación pioneril, en la que se puede evaluar a cada estudiante de manera individual y colectiva, razón por la cual, según planteó, debe hacerse con mayor exigencia y frecuencia, e implementarse en ella sistemas más creativos de estimulación.
El papel de la familia, como unidad de apoyo indispensable para la realización de las tareas y la buena actitud ante la escuela, fue resaltado por la villaclareña Leslie de la Cruz Hernández, a quien le resulta muy conveniente y necesario involucrar más a los padres en las diferentes actividades escolares desde los destacamentos.
El apadrinamiento de los alumnos con dificultades en determinadas asignaturas por sus propios compañeritos de aula; la supervisión del correcto funcionamiento de las casas de estudio junto a iniciativas que «atrapen» a todos los niños en Círculos de Interés sobre materias vinculadas a la agricultura, son algunas de las proposiciones que, ya puestas en vigor en muchas escuelas, muestran resultados positivos en la formación integral de cada pionero.
«Somos los pinos nuevos, como dijera José Martí. Para que crezcamos como continuadores de la Revolución, debemos ser mejores en los caminos del saber, en ampliar nuestros conocimientos sobre la historia de Cuba, en cultivar la solidaridad y otros valores que harán de nosotros dignos hombres y mujeres del mañana», enfatizó Ana Guadalupe Martínez, de Granma.
Exploradores de la felicidad
Muchos son los espacios que tiene la Organización de Pioneros José Martí para que sus integrantes, desde sus destacamentos y asambleas, planteen inquietudes, propongan iniciativas y se sientan más partícipes de la nación.
Sin embargo, más allá de las aulas la organización late con fuerza en cada movimiento pioneril, aunque la participación de todos y el mejor aprovechamiento de estos, son aún desafíos a enfrentar.
El movimiento de Pioneros Exploradores, según señaló Dayana Betancourt, de Las Tunas, es de vital importancia para cada niño en la medida en que los prepara para su desenvolvimiento en la vida de campaña, en condiciones con las que lidiaron los mambises y los rebeldes.
Por ello, insistió, deben surgir desde los pioneros ideas y acciones que hagan más atractivas las competencias y las acampadas, en el empeño de «ganar más pañoletas» para esta actividad.
Otros movimientos, como los relacionados con la afición al deporte y el arte, fueron reconocidos por los pequeños como ingredientes útiles en su preparación, por lo que deben, según se comprometieron, poner más de sí mismos, para que cada centro escolar sea un ejemplo a seguir.
Los asistentes a esta comisión coincidieron en que en sus propias manos está descubrir y desarrollar las soluciones a sus problemáticas, desde las estructuras de base de la organización, con el apoyo incondicional de sus profesores y familiares.
Ser pionero es ser ùtil
Quiero ser útil a mi país, por eso he elegido ser profesora de Historia. Enseñar es una de las labores más bonitas, que me permite devolver todo lo que han hecho por mí, expresó Gretel Acosta en los debates de la comisión de Formación Vocacional y Orientación Profesional.
Definir la continuidad de estudios en aquellos oficios y profesiones más necesarios fue la idea que motivó las reflexiones de los delegados, quienes dijeron que muchas veces la elección por aquello que seremos en la vida está marcada por la carente información en torno a determinadas carreras.
Los estudiantes coincidieron en la necesidad de fortalecer los Círculos de Interés, diversificarlos, además de acrecentar el imprescindible apoyo de los organismos de la Administración Central del Estado hacia las escuelas.
Aloyma González, de Santa Clara, afirmó que el apoyo de los organismos es ahora mucho mayor, pero aún faltan algunos que pueden y deben integrarse a ese propósito.
Cristian Iglesias, de Sancti Spíritus, puntualizó que los pioneros deben rotar por los Círculos de Interés de las distintas especialidades, para acercarse más a las futuras profesiones que podrán estudiar. De La Habana, Dianelys Corona afirmó que se debe comenzar desde temprano en ese trabajo de orientación vocacional.
Sobre la experiencia de las aulas pedagógicas, Gabriela Díaz, delegada de la provincia de Mayabeque, advirtió sobre la ausencia de sistematicidad y señaló que el trabajo de los monitores debe ser más intenso.
En torno a los escenarios que pueden ser aprovechados para encauzar la orientación vocacional, los alumnos identificaron a las asambleas pioneriles como espacios donde la Organización de Pioneros José Martí (OPJM) debe tener mayor protagonismo.
La camagüeyana Dagneris Hernández Padrón, quien aseguró que desde la primaria debe comenzar el proceso de orientación vocacional, expresó a sus compañeros de Congreso: «Le debemos mucho a la Revolución que nos lo ha dado todo. Ahora somos nosotros quienes tenemos que entregarle, y qué mejor cosa que prepararnos para ser más útiles».
Sumadas a ese espíritu de gratitud hablaron Bárbara, estudiante de una escuela de arte en Holguín; y Sarahí, alumna de una escuela especial en la Isla de la Juventud.
No faltaron el saludo y el beso cariñoso para Fidel y Raúl.
Para lo que cuba necesite
Entre diversas reflexiones, dos resultaron ser las más recurrentes en la comisión dedicada al Funcionamiento de la Organización de Pioneros José Martí en las enseñanzas secundaria básica, deportiva y artística: la responsabilidad de estudiar, y la importancia de la orientación vocacional como asunto directamente conectado con las necesidades del país.
Los delegados hablaron de las casas de estudio como espacios que deben ser atendidos y evaluados desde cada destacamento, y definieron la preparación como el primer deber de cada pionero. «Estudiar —expresó un adolescente de Pinar del Río— debe ser visto como algo que forme parte de la vida».
No es lo mismo, se reflexionó en la comisión, un campesino con amplia gama de conocimientos, que uno sin ellos. Solo el saber nos hace libres y permite la conquista del futuro.
El pionero Javier Jorge Molina, de Camagüey, destacó el valor de la lectura y la trascendencia de inculcar el gusto por la literatura, teniendo en cuenta que hay niños y adolescentes no atraídos por el universo de las letras ni por la posibilidad de ampliar su saber.
Otra voz se alzó para decir que algunos pioneros suelen olvidarse del estudio permanente, se guían solo por algunas notas y se acuerdan de los libros a la altura del noveno grado, cuando llega la hora de alistarse para elegir nuevas opciones de estudios.
Sobre el tema de la orientación vocacional, los delegados hicieron énfasis, de modo especial, en el amor por el magisterio; y lo imprescindible de fomentarlo desde escenarios tan tempranos como el familiar, motivó más de una intervención.
Si la Isla necesita profesores para seguir formando ciudadanos cultos y capaces, ese es un asunto estratégico del cual debe hablarse sin descanso en cada destacamento pioneril.
El uso correcto del uniforme escolar también formó parte de las meditaciones compartidas por los delegados. Más de un criterio recordó que no hay términos medios: los atributos pioneriles se usan de modo adecuado o no; y en el respeto a ellos está la disciplina de la organización y la posibilidad de atenuar toda diferencia dentro del estudiantado, coincidieron.
De Guantánamo, Baracoa, una delegada advirtió que usar incorrectamente el uniforme no es la única indisciplina social frente a la cual la organización más joven del país debe dar batallas: es preciso crear conciencia sobre el daño que entraña para la sociedad tirar basura en medio de las calles, o arañar paredes, o gritar en lugares y momentos inapropiados.
Hacia el final de una jornada intensa, casi al filo de la una de la tarde, la matancera Dayana Lavastida leyó en su nombre y en el de sus coterráneas Mirelys Sánchez y Jakeline Pancorbo, un mensaje corto pero sentido: «Lo necesario es ver, y ver bien cómo nosotros debemos tomar conciencia sobre los actos junto a la verdad, sobre impartir justicia y mantenernos con dignidad. Es hora de trabajar, y trabajar con fuerza».
(Juventud Rebelde)
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