martes, 14 de diciembre de 2010

Festival Internacional de Cine. Luces en el Sur

La Ciudad de la Habana, en diciembre, es una gran plaza de toros, escribí para graficar la esencia de todo el movimiento de cinéfilos que se mueven por la capital cubana y las provincias sedes de cada edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

Cartel de la películaEn esta ocasión ni la lluvia o el frío impidieron largas filas frente a las salas de exhibición cinematográficas. Tampoco los presagios acerca de la posible decadencia de un cine latinoamericano fuertemente marcado por los problemas sociales que trascienden en el tiempo y convierte al cine, más que en una propuesta de disfrute estético y cultural, en una forma de denuncia que va más allá de la ficción hasta descubrir la realidad de nuestros pueblos del Sur.

El Festival, en su 32 Edición, mostró la realidad que explicó en su profecía el cineasta Alfredo Guevara, cuando hablaba en la apertura de la 31 Edición en cuanto a nuestro cine frente a la competencia de la gran industria de Hollywood: "No basta resistir; resistir para seguir creando, forjando ese futuro que hay que acercar y para hacerlo romper, con acciones, todo conformismo, esa paralizante acechanza. Es que a veces el esplendor de la contemporaneidad se eclipsa y solo la cotidianeidad apresa el ojo, la visión de cualesquiera, y a veces del artista. Será también entonces obligación ineludible, de algún modo fundar realidad nueva y pese a dificultades que no cesan, de ese esplendor que llega, adelantar siquiera un rayo de los muchos que definió con su solo existir "los Soles de Bolívar". Soles de independencia, pero también Soles de esperanza.

Cartel de la película"Y desde aquí es que a ustedes me dirijo; así, desde mi realidad, la nuestra, entre latinoamericanos y en la esperanza, en la confianza de que el renacer de la conciencia identitaria de América Latina, y en cada país la propia, plena a veces de apreciable diversidad; en que esa conciencia afirmadora se desborde hasta impregnar la obra de arte como no ha dejado de apreciarse, en particular entre los jóvenes cineastas. Y esto, lo más esencial acaso, es lo que identifica en el Nuevo Cine a generaciones que se igualan, no por iguales sino por igual inspiración ética".

Y ese gran abanico de potencialidades se apreció en el Gran Premio del 32 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Esta vez, alcanzado por el filme uruguayo La vida útil, del destacado cineasta Federico Veiroj, a quien se le atribuyó por la capacidad para expresar de manera singular, valiéndose de los recursos cinematográficos, de una conmovedora declaración de amor. A la saga se mantuvo la obra chilena Post Mortem, propuesta que más lauros ganó en esta fiesta anual del cine.
De tal forma el chileno Pablo Larraín con su Post Mortem alcanzó el Segundo Coral, el mejor guión, la mejor actuación femenina - Antonia Zegers-, y de actuación masculina- Alfredo Castro. Se trata de un filme de pocas palabras y muchos gestos, en el que un empleado de una morgue en el Chile de 1973 se enamora de una bailarina. Es de reconocer el tratamiento temático al entorno social de un país en plena convulsión ante un golpe de Estado, y de gran impacto el análisis necrológico que se le practica al presidente chileno Salvador Allende.

El tercer premio Coral lo obtuvo el largometraje "Las buenas hierbas", de María Novaro, que se alzó además con el premio de mejor música original. También de México fue el premio de fotografía por el filme "Chicogrande", de Damián García, y, el Primer Coral en ópera prima para "Alamar", de Pedro González-Rubio.

Chamaco, del cubano Juan Carlos Cremata y Las Acacias del argentino Pablo Giorgelli lograron compartir el Gran Premio Post-Producción Primera Copia mientras que Cuba ganó muy pocos premios en esta edición del Festival de Cine, en su mayoría fueron para la propuesta fílmica "José Martí: el Ojo del Canario", de Fernando Pérez, que ganó el premio de mejor dirección, mejor dirección artística, y mejor cartel de cine.

Durante diez jornadas de cine en La Habana las principales salas proyectaron unas 500 propuestas cinematográficas entre las que se destacaron Argentina, Chile, Venezuela, Colombia, Uruguay, Brasil y Cuba como país anfitrión. De interés entre el público resultaron las muestras de diversos países entre los que se destacaron España, Italia, Gran Bretaña, y Polonia.

(Tomado de el habanero).

No hay comentarios:

Publicar un comentario