Un reciente comentario del diario californiano La Opinión aborda "los efectos político-económicos que puedan derivarse de la nueva conformación de las cámaras del Congreso", un arma de doble filo para la oposición, ahora mayoría en la Cámara de Representantes.
Para algunos, sostiene el comentario, es soñar despierto el pensar que en los próximos dos años los republicanos van a lograr algo de importancia que no sea frenar, hasta donde puedan, todos los acuerdos o iniciativas que venga del presidente Barack Obama.
Pese a que aún persiste algo de la euforia por la victoria en las urnas el 2 de noviembre, muchos en esa agrupación empiezan a sentir la responsabilidad de mostrar resultados.
Según comentaristas políticos las opciones son escasas para los próximos meses. En la última semana negaron ratificar un acuerdo nuclear con Rusia, aunque pudieran optar por la reducción de impuestos a los que no lo necesitan para decir que hacen algo.
Algunos ven con recelo que dos años de oposición sin un programa coherente puede ser autodestructivo para esa agrupación.
La aprobación de alguna iniciativa como el Dream Act, para legalizar a miles de jóvenes estudiantes inmigrantes, algo poco probable, pudiera rebajar la presión en el parlamento.
En igual sentido está la ratificación del tratado con Rusia, envuelto en un ambiente de dudas luego de la negativa opositora a acogerlo antes de fin de año.
Fuentes como Linton Brooks, ex subsecretario de Energía estadounidense encargado de la seguridad nuclear, consideran que la no ratificación del plan de desarme debilitaría la política exterior estadounidense, lo que sería responsabilidad de los republicanos.
(PL)
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