El brote de cólera del que
se informó hace unos días en esta capital está prácticamente cerrado, informó este
sábado el diario Granma, que entrevistó al doctor Manuel Santín, director Nacional de
Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, y a Mariano Bonet, director del Instituto
Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología.
“Se continúa trabajando intensamente y hoy está
prácticamente cerrado (el brote). No obstante, se mantendrá activado el sistema de
vigilancia y el seguimiento de las medidas de sostenibilidad para disminuir
vulnerabilidades y condiciones de riesgo”, afirmaron los especialistas ante una
interrogante del periódico.
La importancia de ganar en percepción de riesgo sobre el
cólera, y, sobre todo, asumir sistemáticamente la responsabilidad del cuidado de la
salud personal y familiar para evitar también otras enfermedades gastrointestinales, fue
ratificada en el artículo.
El cólera se considera en la actualidad una enfermedad
reemergente, así denominadas aquellas afecciones supuestamente controladas, en franco
descenso o prácticamente desaparecidas, que vuelven a constituir una amenaza sanitaria,
afirmó Santín.
En el año 1998 se produjo un fuerte incremento de esta
enfermedad en numerosos países de África y Asia, con elevadas tasas de morbilidad
(frecuencia) y mortalidad, y que actualmente presentan un comportamiento endémico y
epidémico del cólera.
Más recientemente, en el 2010, comenzó una importante
epidemia en Haití, que luego afectó a República Dominicana, y posteriormente, con la
aparición de brotes locales o casos importados, a los Estados Unidos, México, Venezuela,
Canadá, Puerto Rico y la Isla San Martín en el Caribe.
En Cuba, a partir de junio del pasado año, se han
enfrentado algunos brotes, que han sido rápidamente controlados por la vigilancia
permanente y la capacidad de respuesta del sistema nacional de salud.
Los especialistas expresaron que ante la aparición de
diarreas, “que no tienen que ser intensas ni repetidas”, se debe de acudir de
inmediato al médico de familia o policlínico, pues estas podrían ser señales de
sospecha de cólera.
En esos lugares están creadas las condiciones para ofrecer
la atención necesaria, aunque de inmediato es recomendable la administración de las
Sales de Rehidratación Oral ante los primeros síntomas, a fin de evitar la
deshidratación especialmente en las personas de mayor vulnerabilidad.
Hay personas con mayor susceptibilidad de padecerla,
especialmente aquellas aquejadas de enfermedades gastrointestinales crónicas o
inmunológicas, las que ingieren cantidades excesivas de alcohol y las que presentan
desnutrición por diversas causas, así como también los niños pequeños y los ancianos.
En esta enfermedad existen portadores asintomáticos que,
aunque en ellos no se manifiesta la afección, sí pueden transmitirla a otras personas
porque en sus heces excretan también la bacteria.
Calificada como una enfermedad bacteriana intestinal aguda,
altamente contagiosa, que se caracteriza por un inicio repentino, al cólera se origina
por la ingestión de alimentos o agua contaminados, por el contacto interpersonal, o con
superficies y objetos que estén contaminados con heces, o sus residuos, contentivos del
Vibrio cholerae, su agente causal.
Santín y Bonet alertaron sobre la necesidad del estricto
cumplimiento de las medidas que se recomiendan para la elaboración y manejo de los
alimentos.
La bacteria puede sobrevivir “en alimentos cocinados,
hortalizas, frutas, así como pescados y mariscos frescos, puede sobrevivir hasta siete
días. En la leche y derivados, agua de mar y dulce, hasta los 14 días, o más”.
El microorganismo circula en cualquier época, pero con
incrementos en las etapas lluviosas, y también como resultado de desastres naturales
(ciclones, terremotos) o por otra condición que produzca contaminación de las aguas o
los alimentos.
Tiene varios reservorios naturales, los principales son el
hombre enfermo o el portador asintomático, y puede vivir durante largos periodos en
plantas acuáticas.
Un cuidado especial debe extenderse con las embarazadas e
infantes, precisaron.
“Por las condiciones propias del embarazo y de los
niños menores de un año, hay que tener cuidado para que no se expongan a aguas ni
alimentos contaminados, y extremar con ellos las medidas de higiene personal y familiar.
Es esencial preservar a los niños pequeños de contactos interpersonales sin previa
higienización de las manos”.
Para su tratamiento, lo adecuado es administrar las Sales
de Rehidratación Oral y el empleo de antibióticos específicos, aunque en los casos que
se requiera el médico indicará la hidratación intravenosa.
Los casos graves de cólera ocurren fundamentalmente debido
a la tardanza de los pacientes en acudir a un centro asistencial, la evolución es
favorable si se acude al médico con rapidez apenas aparecen los primeros síntomas.
El sistema nacional de salud de Cuba cuenta con la
infraestructura, los recursos y medios necesarios para el tratamiento y prevención de la
enfermedad y evitar así su extensión, enfatizaron.
Los médicos y enfermeras de familia, junto a equipos
técnicos en las áreas de salud, actúan de manera inmediata ante la aparición de casos
sospechosos, realizan la pesquisa activa de la población en la búsqueda de enfermos con
diarrea, y desarrollan acciones de control higiénico-epidemiológicas y de educación.
Se realiza el seguimiento diario en zonas con riesgos
medioambientales no solo para el cólera, sino para otras enfermedades, explicaron ambos
directivos.
El rotativo precisó que es importante contribuir de manera
permanente al saneamiento ambiental de la comunidad, como complemento ineludible de los
cuidados sanitarios, junto a otras modificaciones de los estilos de vida.
La salud pública requiere, para el buen desempeño de su
labor, de la colaboración de cada ciudadano y de todos los organismos, instituciones y
organizaciones de la sociedad. Este es un reto permanente.
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