sábado, 19 de enero de 2013

Brote de cólera en La Habana prácticamente cerrado

19ya-higiene-manos.bmp (197350 bytes)El brote de cólera del que se informó hace unos días en esta capital está prácticamente cerrado, informó este sábado el diario Granma, que entrevistó al doctor Manuel Santín, director Nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, y a Mariano Bonet, director del Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología.
“Se continúa trabajando intensamente y hoy está prácticamente cerrado (el brote). No obstante, se mantendrá activado el sistema de vigilancia y el seguimiento de las medidas de sostenibilidad para disminuir vulnerabilidades y condiciones de riesgo”, afirmaron los especialistas ante una interrogante del periódico.
La importancia de ganar en percepción de riesgo sobre el cólera, y, sobre todo, asumir sistemáticamente la responsabilidad del cuidado de la salud personal y familiar para evitar también otras enfermedades gastrointestinales, fue ratificada en el artículo.
El cólera se considera en la actualidad una enfermedad reemergente, así denominadas aquellas afecciones supuestamente controladas, en franco descenso o prácticamente desaparecidas, que vuelven a constituir una amenaza sanitaria, afirmó Santín.
En el año 1998 se produjo un fuerte incremento de esta enfermedad en numerosos países de África y Asia, con elevadas tasas de morbilidad (frecuencia) y mortalidad, y que actualmente presentan un comportamiento endémico y epidémico del cólera.
Más recientemente, en el 2010, comenzó una importante epidemia en Haití, que luego afectó a República Dominicana, y posteriormente, con la aparición de brotes locales o casos importados, a los Estados Unidos, México, Venezuela, Canadá, Puerto Rico y la Isla San Martín en el Caribe.
En Cuba, a partir de junio del pasado año, se han enfrentado algunos brotes, que han sido rápidamente controlados por la vigilancia permanente y la capacidad de respuesta del sistema nacional de salud.
Los especialistas expresaron que ante la aparición de diarreas, “que no tienen que ser intensas ni repetidas”, se debe de acudir de inmediato al médico de familia o policlínico, pues estas podrían ser señales de sospecha de cólera.
En esos lugares están creadas las condiciones para ofrecer la atención necesaria, aunque de inmediato es recomendable la administración de las Sales de Rehidratación Oral ante los primeros síntomas, a fin de evitar la deshidratación especialmente en las personas de mayor vulnerabilidad.
Hay personas con mayor susceptibilidad de padecerla, especialmente aquellas aquejadas de enfermedades gastrointestinales crónicas o inmunológicas, las que ingieren cantidades excesivas de alcohol y las que presentan desnutrición por diversas causas, así como también los niños pequeños y los ancianos.
En esta enfermedad existen portadores asintomáticos que, aunque en ellos no se manifiesta la afección, sí pueden transmitirla a otras personas porque en sus heces excretan también la bacteria.
Calificada como una enfermedad bacteriana intestinal aguda, altamente contagiosa, que se caracteriza por un inicio repentino, al cólera se origina por la ingestión de alimentos o agua contaminados, por el contacto interpersonal, o con superficies y objetos que estén contaminados con heces, o sus residuos, contentivos del Vibrio cholerae, su agente causal.
Santín y Bonet alertaron sobre la necesidad del estricto cumplimiento de las medidas que se recomiendan para la elaboración y manejo de los alimentos.
La bacteria puede sobrevivir “en alimentos cocinados, hortalizas, frutas, así como pescados y mariscos frescos, puede sobrevivir hasta siete días. En la leche y derivados, agua de mar y dulce, hasta los 14 días, o más”.
El microorganismo circula en cualquier época, pero con incrementos en las etapas lluviosas, y también como resultado de desastres naturales (ciclones, terremotos) o por otra condición que produzca contaminación de las aguas o los alimentos.
Tiene varios reservorios naturales, los principales son el hombre enfermo o el portador asintomático, y puede vivir durante largos periodos en plantas acuáticas.
Un cuidado especial debe extenderse con las embarazadas e infantes, precisaron.
“Por las condiciones propias del embarazo y de los niños menores de un año, hay que tener cuidado para que no se expongan a aguas ni alimentos contaminados, y extremar con ellos las medidas de higiene personal y familiar. Es esencial preservar a los niños pequeños de contactos interpersonales sin previa higienización de las manos”.
Para su tratamiento, lo adecuado es administrar las Sales de Rehidratación Oral y el empleo de antibióticos específicos, aunque en los casos que se requiera el médico indicará la hidratación intravenosa.
Los casos graves de cólera ocurren fundamentalmente debido a la tardanza de los pacientes en acudir a un centro asistencial, la evolución es favorable si se acude al médico con rapidez apenas aparecen los primeros síntomas.
El sistema nacional de salud de Cuba cuenta con la infraestructura, los recursos y medios necesarios para el tratamiento y prevención de la enfermedad y evitar así su extensión, enfatizaron.
Los médicos y enfermeras de familia, junto a equipos técnicos en las áreas de salud, actúan de manera inmediata ante la aparición de casos sospechosos, realizan la pesquisa activa de la población en la búsqueda de enfermos con diarrea, y desarrollan acciones de control higiénico-epidemiológicas y de educación.
Se realiza el seguimiento diario en zonas con riesgos medioambientales no solo para el cólera, sino para otras enfermedades, explicaron ambos directivos.
El rotativo precisó que es importante contribuir de manera permanente al saneamiento ambiental de la comunidad, como complemento ineludible de los cuidados sanitarios, junto a otras modificaciones de los estilos de vida.
La salud pública requiere, para el buen desempeño de su labor, de la colaboración de cada ciudadano y de todos los organismos, instituciones y organizaciones de la sociedad. Este es un reto permanente.

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