lunes, 2 de mayo de 2011

Un año después seguimos con Chávez, la Revolución y Twitter

chavezcandanga11

@Chavezcandanga, la cuenta en Twitter del Presidente Hugo Chávez tuvo su debut el 27 de abril del 2010, a las 9.43 de la noche. Transcurrido su primer año, el balance es impresionante: usando esta red social, el Presidente bolivariano ha difundido 933 tweets, o mensajes cortos de hasta 140 caracteres, tiene 1 432 740 seguidores, y la misma ha sido incluida en 39 461 listas. Su éxito arrollador obligó a crear una misión específica para atender los miles de mensajes que se reciben diariamente, y dio pie al surgimiento de una “Unión de Twitteros Socialistas”.

Lo más importante de este fenómeno, protagonizado por el principal animador de la teoría y la práctica de esa esperanzadora corriente llamada “Socialismo del Siglo XXI”, es que demuestra que las nuevas tecnologías de la información pueden y deben ser utilizadas, sin reservas ni temores, en la ardua tarea de transformar al mundo y sentarlo sobre bases más justas y humanas. Ellas no necesariamente tienen que cumplir el rol fatal, desmovilizador y enajenante, de ser vehículo difusor de frivolidades y tonterías, y tampoco ser dóciles instrumentos en mano de los programas de la contrarrevolución mundial, especialmente aquellos que combaten día y noche, en el frente de las guerras culturales.

No es osado afirmar que la decisión de Chávez, al estrenar su cuenta en Twitter y darle un uso creativo para transparentar su gestión de gobierno y abrir nuevos cauces al contacto con el pueblo, puede ser considerada como una de las acciones estratégicas más importantes de las fuerzas revolucionarias, a escala mundial, en la lucha por derribar sus propios límites, tabúes y mitos, y avanzar hacia la transformación de una realidad que, en muy poco se parece a la que Carlos Marx, o Lenin, enfrentaron en su momento. No se puede revolucionar lo injusto sin conocer las claves de cada tiempo, ni rehusando valerse de sus instrumentos transformadores. Twitter, Facebook, You Tube y blogs incluidos.

¿Quién duda que de vivir en nuestros días Marx tendría su portal en Internet y Lenin su cuenta en Twitter? ¿Habría desdeñado Martí las enormes posibilidades de comunicación e información que hoy se nos ofrecen en la red?

Pero si hacen daño los enfoques retardatarios y el miedo a los cambios, tampoco bastan las adscripciones formales a estos propósitos, por lo demás, tan obvios que no pueden ser negados. Usar las redes sociales para hacer Revolución implica un cambio profundo en la mentalidad verticalista y centralista, lamentablemente heredada por las fuerzas de izquierda de otras experiencias históricas anteriores, y ubicarse en igualdad de condiciones, sin centros ni periferia, con las personas que hacen uso de estas tecnologías, incluso, con los enemigos que la utilizan profusamente. Y eso significa, en sí mismo, un enorme paso estratégico en la marcha por el perfeccionamiento, democratización y renovación de las fuerzas socialistas. De ello dependerá también su futuro y el éxito de su lucha.

Por eso aquel discreto y telegráfico primer tweet de Chávez, hace ya más de un año, pasará a la historia de nuestras ideas como un antes y un después. Como todo lo transcendente, sucedió de manera natural y sin pretensiones. Su grandeza no se ve, a simple vista, radica en lo que implica, en lo subyacente, en lo que tiene de futuro y de reto a ser emulado, más que imitado.

Lo que se ha llamado “Revolución Twitter” o “Ciber Revolución” merece un análisis más detallado, y de seguro lo tendrá. Hoy baste decir que la línea del frente en la lucha secular por el progreso y la justicia social también pasa por aquí. Es en el nivel simbólico y de las ideas donde se decide la confrontación que se inicia en los terrenos de la política o la economía

“Twitter es la mejor manera de descubrir qué hay de nuevo en tu mundo”, reza uno de los slogans usado por los promotores de esta red social. Un socarrón Dr Marx de nuestra época no dudaría en agregar un comentario irónico, al estilo de “…pero de lo que se trata es de transformarlo.”

Con paciencia y constancia, en medio de sus enormes responsabilidades y tareas, Chávez lo está confirmando.

Y está llegando a millones.

Eliades Acosta Matos
Santo Domingo, 1 de mayo del 2011

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