En una conferencia en el V Congreso Latinoamericano de Ingeniería Biomédica, que sesiona en el Palacio de Convenciones de La Habana, el científico cubano precisó que en otras naciones la industria biotecnológica desarrolla, evalúa y valida sus productos en el mercado.
Cuba, por el contrario, realiza las investigaciones cuyos resultados son evaluados por su repercusión en los indicadores sanitarios, recalcó el Doctor en Ciencias, quien precisó que la función de un científico no termina cuando obtiene un producto, sino al constatarse su efectividad.
Recordó que el panorama sanitario de la Isla antes de 1959 era diferente al actual: ahora la población tiene una expectativa de vida de casi 78 años de edad y la mortalidad infantil disminuyó a 4,5 por mil nacidos vivos, en 2010.
Asimismo, remarcó que actualmente más del 80 por ciento de la mortalidad en Cuba es causada por enfermedades crónicas no trasmisibles.
La industria farmacéutica es cada vez más biológica. Hace 20 años los productos de esa línea eran rarezas y hoy estos se encaminan a ocupar más del 20 por ciento de la farmacopea, aseveró el experto.
Anunció que ello constituye un desafío, ante el cual se prevé instalar una industria farmacéutica de corte biotecnológico.
No se trata solo de tener más tecnología, sino también de ser capaces de identificar aquellas más relevantes, con el fin de modificar los indicadores de salud, y para ello hay que hacer ciencia y evaluar lo que hacemos desde la perspectiva sanitaria, reiteró.
El foro se extenderá hasta el viernes, con la participación de 550 delegados de más de 30 países.
La cita incluye una feria -en la cual se muestran los últimos adelantos de la tecnología biomédica en Cuba y otras naciones- y la visita a instituciones científicas.
Tomado de la AIN
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