lunes, 11 de abril de 2011

Ros-Lehtinen lleva su fervor anticomunista al Comité de Asuntos Exteriores, afirma The Washington Post

ros-lehtinen

The Washington Post

Cuando un prisionero venezolano escapó el pasado año y huyó a los Estados Unidos, el gobierno de Caracas lo llamó un fugitivo. Raúl Díaz Peña había sido declarado culpable por ayudar a volar dos misiones diplomáticas - “un terrorista”, de acuerdo con el Presidente Hugo Chávez.

Pero cuando Díaz Peña, de 36 años de edad, llegó a la Florida, la congresista republicaba Ileana Ros-Lehtinen lo declaró otra cosa: un héroe.

“Raúl fue capaz de escapar de las violentas garras de Hugo Chávez”, dijo Ros-Lehtinen, parada junto a Díaz Peña en una conferencia de prensa en su oficina de Miami. “Pero muchos otros siguen siendo vulnerables a los caprichos y abusos de Caracas.”

El esfuerzo de seis años de Ros-Lehtinen por liberar a un hombre al que considera un inocente preso político - a pesar de lo que los tribunales de Venezuela dictaminaron- fue emblemático para su estilo de cruzada política. Dura crítica de los gobiernos de izquierda como Venezuela, ella cree que los líderes de EEUU deberían ser la “voz de la libertad”. Como la nueva presidenta del Comité de Asuntos Exteriores, Ros-Lehtinen tiene ahora una plataforma de alto perfil para su acérrimo anticomunismo.

Fidel Castro la ha llamado “la loba feroz” (en español en el original) y su nombramiento ha suscitado advertencias en otros países de izquierda de América Latina de que las relaciones con Washington podrían seguir agrias.

Ros-Lehtinen sigue detestando a la Cuba de Castro; en el 2006 le dijo a un director de cine que se alegraría del asesinato de Fidel. Cuba sigue siendo el prisma a través del cual ve el mundo, dijeron varios miembros y funcionarios del Congreso.

“Un gobierno que ha dicho una cosa agradable sobre el régimen de Cuba, es [visto como] un enemigo. No hay matices, ni sutilezas. Ninguno”, dijo un ex empleado, que como otros ayudantes entrevistados para esta historia habló a condición de guardar el anonimato para evitar represalias.

No obstante, la abierta oposición Ros-Lehtinen a los gobiernos progresistas va más allá de Cuba. Ella tiene la intención de buscar sanciones más duras contra Irán y Corea del Norte. Cuando el presidente chino, Hu Jintao, fue convidado a un elegante almuerzo en el Departamento de Estado en enero, Ros-Lehtinen le disparó en el Capitolio una sarta de improperios tales como “líder de un régimen represivo”.

El caso de Díaz Peña es otro ejemplo de su fervor. El hombre había sido condenado a nueve años de prisión por atacar con bombas los edificios de las embajadas de Colombia y España en Caracas en 2003. De acuerdo con el gobierno venezolano, Díaz Peña fue condenado sobre la base del testimonio de tres testigos y las pruebas químicas de su camioneta, donde se encontraron rastros de explosivos C-4.

(Fragmentos)

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