martes, 12 de abril de 2011

El “desmanejo” del pitcheo

La Pistola Vega ha trabajado más de lo debido

La Pistola Vega ha trabajado más de lo debido

Hace un tiempo leí una entrevista con un conocido hombre de béisbol, Luis Dorante, quien ha brillado en responsabilidades de dirección en Estados Unidos, República Dominicana y Venezuela. Y recuerdo que a la pregunta sobre “qué es lo más difícil para un manager”, Dorante respondió más o menos así:

-El manejo del pitcheo es lo más importante en un juego de pelota. No sólo ante los ojos de los peloteros, sino también para los aficionados y periodistas. Todo el mundo se fija en cómo mueves a los lanzadores. Todos te están evaluando.

Viniendo de una voz autorizada, la frase merece especial atención. Máxime entre nosotros, donde a veces parece que la rotación abridora se organiza al azar, y que los relevistas se designan sin el rigor debido.

Y que nadie se alarme con esto que digo, pues en definitivas cuentas, todo el mundo ha visto el anárquico manejo de los lanzadores en la postemporada. (Todo el que haya querido verlo, claro está, porque hay quienes se ponen una venda y salen a tropezar contra lo que se oponga, da lo mismo un cepillo de dientes que un colmillo de mamut).

La nota suprema la tocó Roger Machado en el tercer encuentro Ciego-Granma. Era el primer partido en terreno contrario, la serie marchaba igualada, y los granmenses no podían depender de sus mejores pitchers. La jornada se pintaba solita para que el director avileño le encargara la apertura a Michael Folch o Yander Guevara, más descansados que un turista regordete en Honolulu.

Ah, pero Machado se graduó de prestidigitador y colocó en el box al jovenzuelo Pedro Echemendía, un muchacho que solo ha podido abrirse paso en plan de relevista. Y Echemendía -no fue suya la culpa- salió defenestrado prematuramente por los recios bateadores adversarios.

Días después, más de lo mismo. El mando de los Alazanes le entregó la Mizuno a Manuel Vega, un veterano que ha trabajado a destajo en los play off. Y Vega hizo un sobrehumano pero baldío esfuerzo. Decisiones como ésta derivan en lesiones irreversibles en el brazo, algo de lo que mucho conocemos en el béisbol nacional.

En la postemporada, el empleo de los serpentineros es a criterio de los managers y coachs. Sin embargo, el sentido común no puede echarse a un lado. Tan disparatada fue la apertura con Echemendía, como peligrosa la sobreutilización de Vega.

Mucho trecho debemos recorrer aún para llegar al uso inteligente del pitcheo.

(Cubadebate)

No hay comentarios:

Publicar un comentario