domingo, 20 de febrero de 2011

Debut exitoso del Ballet Nacional de Cuba en Montreal

Anette Delgado en Giselle.

Anette Delgado en Giselle.

La Sala Wilfrid-Pelletier del Teatro Place des Arts de Montreal, Canadá, con más de 4000 localidades, resultó pequeña para la cantidad de público que acudió a la presentación de Giselle por el Ballet Nacional de Cuba, bajo la dirección de Alicia Alonso. Estas funciones coinciden con las celebraciones por los 170 años del estreno de este ballet y el bicentenario del natalicio de Théophile Gautier (1811-1872), poeta, crítico y novelista francés, quien fue además uno de los libretistas de esta obra.

Las actuaciones de Anette Delgado y Dani Hernández, fueron ovacionadas por el público que supo apreciar el estupendo dominio del arte danzario de los cubanos. El gran triunfador de la noche fue el cuerpo de baile, el cual fue reconocido su desempeño en múltiples ocasiones. Myrtha, la reina de las willis, fue asumida virtuosamente por Sadaise Arencibia, quien hizo gala de la elegancia y la firmeza que requiere el rol que desempeñó.

La Delgado cautivó a los asistentes con su técnica poderosa, precisa y equilibrada, mientras que Dani Hernández supo mostrar a un Albrecht, Duque de Silesia, solicito y equilibrado en su interpretación artística, la que no decayó en ningún momento durante la obra. El elenco del Ballet Nacional de Cuba mostró el desarrollo alcanzado por la escuela cubana de ballet y arrancó el aplauso aprobatorio del público presente.

La salida de Alicia Alonso al término de la función produjo la apoteosis de los aplausos cuando todos los espectadores de pie reconocieron el trabajo y la trayectoria artística de la directora del conjunto cubano.

Para las próximas presentaciones de la compañía en Montreal -elencos encabezados por las primeras figuras del BNC: Viengsay Valdés y Elier Bouzac, y Sadaise Arencibia y Alejandor Virelles- están todas las localidades vendidas.

Giselle (Coreografía: Alicia Alonso, sobre la original de Jean Coralli y Jules Perrot. Libreto: Théophile Gautier, Vernoy de Saint-Georges y Jean Coralli, inspirado en una leyenda popular germánica recogida por Heinrich Heine. Música: Adolphe Adam. Diseños: Salvador Fernández), es una pieza emblemática dentro del repertorio del Ballet Nacional de Cuba, ya que posee una significativa importancia, no sólo en lo que concierne a su propia historia, sino también porque con esta pieza y con Alicia Alonso, su excepcional intérprete, Cuba trasciende por primera vez en el ámbito internacional de la danza.

Con información del Departamento de Prensa del BNC

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