
El primer poblado de ese territorio es la playa de Baracoa. De su otrora hermosa costa marina, poblada por frondosos mangles y uvas caletas solo queda el recuerdo de los de mi generación. Hoy, es un sitio de grises tonos, resultado de los embates climáticos y la indolencia de los humanos.
Realidad, más que fantasía
Un hermoso proyecto auspiciado por la Empresa Provincial de Establecimientos Especiales y de Servicios de La Habana y la UNEAC, diseñado y ejecutado por artistas locales, llama a la meditación sobre la protección de nuestro entorno natural.
La representación artística de algunas especies endémicas, mediante técnicas esculturales, intenta perpetuar la imagen de quienes, original o místicamente, habitaron en este litoral.
Dos pelícanos posados en un tronco seco a un lateral del complejo El Ideal, miran al mar y al cielo implorando a la Naturaleza que proteja este lugar. Es posible que sus creadores, Onil Frade Bello y Orlando Rodríguez López, no coincidan conmigo, pero ese es el mensaje que trasmite a los humanos que recreen su vista con esa genial obra. La forzada transformación morfológica de un gigantesco erizo marino, creación de Adrián Infante Rodríguez, emplazada en los alrededores del Ranchoncito, se desnuda ante los curiosos ojos del visitante. Su impresionante imagen nos muestra que no es tan agresivo, si no se le molesta en su entorno natural. Esa especie, que tanto le temíamos en nuestros baños infantiles, está casi extinguida en la zona.
Tres coronados desafiantes y encorvados, de Karoll William Pérez Zambrano, frente al Balcón del Caribe, protegen un ramo de algas marinas. Son un símbolo de la lucha de los géneros por proteger lo poco que ha quedado para su alimentación, en los fondos marinos. Esta variedad acuática, prácticamente, ya casi solo existe en la mente de los añejos, en los libros o en antiguas películas y documentales. Detrás de las ruinas de lo que antes fuera el Hotel Las Delicias, cabalga sobre una gran tortuga La Novia del Mar, recreada en la imagen legendaria de una hermosa sirena marina . En el conjunto del bello complejo monumental, su creador Oslier Pérez Miralles, logró mostrar, en el rostro de la mitológica dama, su preocupación por el deterioro ambiental del entorno.
Los mangles que bordeaban la laguna de Baracoa apenas existen. Las mojarras, agujones, picuas y jaibas que merodeaban ese embalse son escasas. La dama marina busca al rey Tritón para que le explique porque solo observa, en el lago y sus alrededores más cercanos, desechos humanos y la ausencia de sus parientes naturales.
Los sueños continúan
El grupo artístico trabaja además, en coordinación con el Gobierno local y el Sectorial de Cultura, en un proyecto para perpetuar, de forma escultórica, la vida y obra de Mongo P, ilustre intelectual que, entre una vuelta y otra, casi la mitad de su vida vivió en Playa Baracoa, además él decía que era hijo de Bauta y San Antonio de los Baños.
Los sueños del equipo se trasladan por el litoral norte hasta el poblado de Mariel, cuna de lo que será uno de los puertos marítimos internacionales mayores de América Latina. Sus inspiraciones van encaminadas a que esta ciudad se convierta no solo en el centro marítimo y comercial más importante de Cuba, sino también en un símbolo del desarrollo artístico y cultural de nuestra nación.
Actualmente, este grupo trabaja en la ejecución de proyectos artísticos enriquecedores de la imagen cultural y estética del municipio Bauta y de los municipios capitales de las dos nuevas provincias, que emergerán en enero del 2011. La educación ecológica, los símbolos patrios y las tradiciones de estos pueblos estarán presentes en sus inspiraciones y creaciones para el regocijo de las actuales generaciones y la posteridad.
(Tomada de el habanero)
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