
Ahí están para demostrarlo las bellas cartas de amor escritas por nuestros próceres del siglo XIX, más que cartas, emblemáticas lecciones de poesía amorosa, espacio donde pasión y lealtad lograron mezclarse con esa naturalidad tan propia con que suelen fundirse los ríos con la mar.
Algo así descubrió Mario Pérez Jiménez (El Guajiro Punto Com) en una noche de trabajo, mientras fungía como custodio de SEPSA en áreas de la Marina Hemingway, en la Capital.
Escuchaba en la radio el programa La luz en lo oscuro, conducido por la periodista Arleen Rodríguez Derivet y destinado a reflejar la vida de los cinco cubanos presos en cárceles norteamericanas, tras un amañado proceso en los tribunales de Miami, y de pronto comenzó a oir declaraciones de Olga Salanueva, esposa de René González, uno de los Cinco Héroes, en las que hacía referencia al mundo mágico, sin igual, que se creaba entre ellos a partir del intercambio de cartas. Un intercambio que permitía a Olga sentir a su esposo como si estuviera a su lado, como si los barrotes no fueran más que un recuerdo vencido.
No hizo falta mucho más para que El Guajiro tomara de inmediato papel y lápiz y compusiera la pieza que le dictó el sentimiento: Cuando me habla el corazón, en la que este artista marieleño asume "de modo sencillo, pero sentido", tal como me aclara, una posible respuesta de René a la mujer amada.
La canción, por suerte, no quedó dormida en el papel. Al cumplirse el XV aniversario de la fundación de SEPSA, familiares de los Cinco fueron invitados a celebrar el acontecimiento. El Guajiro, guitarra en mano, salió a la escena y, con voz conmovida, cantó especialmente para Olga y el resto de los familiares la pieza que había compuesto en aquel turno de madrugada.
No sé si El Guajiro Punto Com violó algún acápite del reglamento de SEPSA al dejarse llevar frescamente por la inspiración y sentarse a escribir en su turno de guardia; pero lo cierto es que cuando las musas llaman al artista, cuando lo impulsan a crear, ninguna regla lo detiene. Y este fue, sin dudas, un ejemplo.
El aplauso y las palabras de agradecimiento lo dijeron todo en aquella fecha de celebraciones. Entonces el Guajiro suspiró feliz. Había puesto su granito de arena, sin teques ni exabruptos, a favor de una causa que mantiene expectante a la Isla de Cuba y a miles de seres de este mundo.
Mario Pérez Fuentes, hombre también de fusil y trinchera, se daba por satisfecho: su canción era de amor; pero estaba conciente que, aun en casos de alta complejidad política como este, sólo el amor ilumina y salva, sólo el amor impulsa a soportar lo imposible, sólo el amor oxigena el alma para que no sea vencida por los bárbaros Atilas de los que hablaba el poeta.
Junto a piezas de corte social como Bombas de hambre, Un grito de libertad y A pacha mama, El Guajiro Punto Com piensa incluir a Cuando habla el corazón en un próximo disco. Será una vertiente distinta dentro de su conocida línea como sonero. Pero creo que valdrá la pena. Véanlo, sino, en la obra que ha despertado el presente artículo.
Cuando me habla el corazón
llega tu imagen a mi mente,
bella libélula revoleteando va
al infinito de la tierra.
Cuando me habla el corazón
llega tu imagen a mi mente
¡Cuántos recuerdos me han hecho
tan feliz!
que en el silencio se engrandecen!
Eres tan angelical,
cargada de virtud,
libélula sensual,
alas que volarán
llevándome hasta ti
cuando mi corazón
me hablaba de ti.
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