sábado, 20 de noviembre de 2010

Todos los niños son poetas…

Hace ya mucho tiempo, alguien en Francia quiso fabricar a una poetisa de sólo ocho años, nombrada Minuet Druet. La prensa del país galo se hizo reiterado eco de las "virtudes" literarias de la pequeña, a la que llamaron genio, portento, asombro, maravilla…Entonces decidieron preguntarle al gran cineasta y escritor Jean Cocteau Niños cubanossu opinión al respecto. La respuesta del autor de La bella y la bestia fue contundente, imposible de rebatir ni con el pensamiento: ‘Todos los niños son poetas…menos Minuet Druet".

Es impresionantemente cierto. De una manera u otra, todos los niños son poetas. Lo hemos descubierto alguna vez en esta o aquella frase, en esta o aquella ocurrencia, en esta o aquella acción, más que en cierto "talento" fabricado a sangre fría por los medios de prensa.

Sí. Son poetas naturales. Pero son, junto a los ancianos, la parte más frágil del planeta, la que siempre pone la otra mejilla, la que no logra explicarse la ambición y la barbarie de los hombres, la que no sabe de sus derechos guardados en imponentes papelerías cargadas de letra muerta.

Para el crítico guatemalteco Luis Cardoza y Aragón, "la poesía es la única constancia de la existencia del hombre". Por ella pasan, sin dudas, de modo natural, los niños del planeta, en parte cobijada por calurosas bondades; en parte, muy considerable, sometida a la brutalidad y el olvido de aquellos que, alguna vez, también fueron niños y no quieren recordarlo, y hasta piensan que sus prósperos hijos están hechos de una sustancia mejor y por eso podrían, como las cucarachas, sobrevivir al más enfurecido ataque nuclear.

Un día para los niños es un día para poetas, un día para la esperanza, un día para pensar que el mundo puede tener un futuro distinto de este presente, donde a veces uno llega a sentir que las cavernas no eran parte del pasado, sino de los tiempos venideros.(Tomado de el habanero)

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