Ecuador es víctima de un intento de
golpe de Estado iniciado por agentes policiales sublevados del regimiento de
Quito. No se descarta existan otros involucrados en la intentona de zarpazo. El
Presidente ecuatoriano Rafael Correa estaba convaleciente en el hospital
provincial, cuando un grupo de policías insubordinados trataron de secuestrar al
mandatario.
El pueblo espontáneamente se movilizó a proteger a su dignatario, pero la
confusión en ese país se mantiene. El Vicepresidente Lenin Moreno dijo en rueda
de prensa que hay que mantenerse leal a la Constitución y al mandato popular.
El Congreso y otros funcionarios del Gobierno y las Fuerzas Armadas se han
pronunciado por el respeto al estado de derecho. Pero no hay aún claridad en lo
que ocurre, se observa confusión en las calles, y no se permite a los ciudadanos
acercarse al punto donde está ubicado Correa.
El Presidente desde el hospital emplazó a los policías que tratan de
confinarlo. Miles de ecuatorianos tratan de llegar a ofrecer su apoyo al
mandatario, la situación en el país es de emergencia y desconcierto. Gran número
de países de la región se solidarizan con el Jefe de Estado de Ecuador. Los
dirigentes de UNASUR convocados en Buenos Aires, Argentina, se declararon
también a favor del respeto al estado de derecho constitucional.
Cualquier intento golpista debe ser condenado de manera contundente, debe
imponerse de inmediato en Ecuador la legalidad y la democracia, avalada por el
voto popular en las elecciones de ese país.
La era del garrote terminó, los pueblos deciden su futuro y la voz de los
millones de ecuatorianos que eligieron a Rafael Correa como su único presidente,
debe respetarse. Los pueblos tienen la última palabra.
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