
Francisco Franco
La presión política sobre Paraguay tras el golpe de Estado parlamentario contra el Presidente Fernando Lugo
aumentó este domingo después de que Ecuador, Venezuela, Uruguay, Chile,
Colombia y Perú retiraron o llamaron a sus embajadores en Asunción,
mientras que el Mercosur suspendió a ese país para su próxima cumbre.
Argentina, Brasil y Uruguay, socios de Paraguay en el Mercado Común
del Sur (Mercosur), anunciaron la tarde de ayer su decisión de
“suspender al Paraguay, de forma inmediata y por este acto” de la Cumbre
de Presidentes del bloque, que se realizará el próximo viernes en
Mendoza (Argentina).
La decisión del Mercosur se produce después de que el propio Lugo
afirmara a periodistas que irá a dicha cumbre en representación de su
país, aunque todavía no hay ningún pronunciamiento oficial al respecto
por parte del bloque regional.
Horas antes, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunció en un
acto militar transmitido en cadena obligatoria de radio y televisión que
“retiramos al embajador, no reconocemos a ese Gobierno (de Federico
Franco), y también vamos a retirar el envío de petróleo”.
“Nosotros no vamos a apoyar para nada ese golpe de Estado ni
directamente, ni indirectamente”, complementó Chávez, quien tildó de
“ilegal” e “inconstitucional” el juicio “exprés” al que fue sometido
Lugo por el Senado de su país.
También Ecuador decidió retirar a su embajador en Paraguay
“en rechazo a la destitución del legítimo Presidente Fernando Lugo y la
instauración de nuevo régimen”, según escribió hoy en su cuenta de
Twitter el canciller Ricardo Patiño.
De otra parte, el embajador Enrique Fischer es aguardado en
Montevideo para que informe al Canciller uruguayo, Luis Almagro, “sobre
los últimos acontecimientos” vividos en Asunción, según confirmaron hoy a
Efe fuentes oficiales.
Este mismo domingo, en una declaración de Almagro difundida por la
Presidencia uruguaya, ese país dijo que la destitución de Lugo, “con
características de juicio sumario”, “no tuvo las garantías esenciales
del debido proceso” y pidió que se convoquen a nuevas elecciones “tan
pronto como sea posible” en el país vecino.
A su vez, el presidente chileno, Sebastián Piñera, aseguró
hoy a la prensa que pidió a su canciller “que llame a nuestro embajador
en Paraguay a consultas en nuestro país para poder contar con toda la
información necesaria”.
“En los próximos días nos vamos a reunir los presidentes para, a la luz
de los hechos ocurridos en Paraguay y tomando en cuenta los protocolos
de defensa y protección de la democracia que contempla tanto el pacto
del Mercosur como de Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), tomar las
medidas que correspondan”, añadió.
En Colombia, la Cancillería anunció mediante un comunicado
este domingo que llamará a consultas a su embajador en Asunción, Alberto
Barrantes, ante el incumplimiento del “debido proceso” en la
destitución de Lugo, quien, agregó, no pudo “contar con el tiempo suficiente para su adecuada defensa”.
De igual forma, la Cancillería peruana emitió hoy un documento en el
que señaló que ha llamado a consulta a su embajador en Asunción, Jorge
Antonio Lázaro.
“En vista de la situación política acaecida en la hermana República
del Paraguay, el Gobierno del Perú ha decidido llamar en consulta a su
Embajador en ese país para proseguir la evaluación que se está
realizando en coordinación con otros países de la UNASUR”, manifestó.
El presidente peruano, Ollanta Humala, dijo en horas de la tarde que “evalúa el retiro del embajador peruano en Paraguay” y que “se tomará una decisión entre hoy y mañana”, tras asegurar que la democracia en ese país “está en riesgo”.
Además, añadió que su canciller, Rafael Roncagliolo, será el
encargado de confirmar si realiza en los próximos días en Lima una
reunión de emergencia con los presidentes de la Unasur por el caso de
Lugo.
En Centroamérica, el presidente de El Salvador, Mauricio
Funes, dijo que su Gobierno “no reconoce la legitimidad de la
designación del vicepresidente Federico Franco como presidente de
Paraguay”, e instó a los países del Sistema de la Integración
Centroamericana (Sica) a tomar “una posición en la misma línea”, agregó
el boletín.
Estas medidas se suman a la tomada por Argentina, que, según informó
anoche la Cancillería en un comunicado, “ha dispuesto el inmediato
retiro de su embajador en Asunción, quedando la representación
diplomática a cargo de un encargado de negocios, hasta tanto se
restablezca el orden democrático” en Paraguay.
Brasil, por su parte, también convocó anoche a consultas a su
embajador en Paraguay y anunció que evalúa junto con sus socios del
Mercosur y de la Unasur las medidas para hacer frente a la “ruptura del
orden democrático” en el país vecino.
Frente a este panorama, el nuevo canciller paraguayo, José Fernández,
descartó hoy que su país pueda ser “sancionado” por sus vecinos porque
“no ha violado ninguna norma internacional” y quitó hierro a la decisión
de varios países de retirar o llamar a consultas a sus embajadores en
Asunción, algo que calificó como un mero procedimiento.
También aludió a informaciones según las cuales la Unasur está
convocando una reunión para el próximo miércoles para tratar la posible
expulsión de Paraguay tras la destitución de Lugo. “¿Cómo la Unasur va a
convocar a una reunión si Paraguay tiene la Presidencia” temporal del
bloque suramericano, preguntó durante una rueda de prensa.
Pese a la tranquilidad mostrada por el ministro y antes del anuncio de sus socios de Mercosur, el propio
presidente Franco había revelado hoy que no asistiría a la cumbre del viernes en Argentina porque el “ambiente no es propicio”.
“Se puede castigar a una persona, pero no es justo castigar a
6.200.000 y al país más pobre de la región”, dijo Franco en una
entrevista publicada hoy por el diario Clarín, de Buenos Aires, al ser
consultado por la posibilidad de que el Mercosur y la Unasur sancionen a
Paraguay.
Ante el alud de críticas internacionales, el Gobierno de Franco
encontró un poco de alivio en las declaraciones del expresidente
uruguayo Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), quien aseguró
en declaraciones a la radio El Espectador que la destitución de Lugo “no
configura un golpe militar” sino “un episodio cívico institucional”.
Además, rechazó lo que calificó como “intervencionismo” de la Unasur y
el Mercosur, “contrario a todas las tradiciones y normas de América
Latina”.
(Con información de EFE)